Un reportaje de Fidel Masreal

La ciencia persigue desde hace siglos una cura para las enfermedades mentales. Pero a diferencia de las patologías físicas, lo relacionado con el cerebro y las emociones entraña una gran dificultad de análisis. Los especialistas, de entrada, discrepan sobre las causas, si bien hay un cierto consenso en que se trata siempre de una combinación de factores biológicos (nuestra carga genética, nuestros funcionamientos neuronales), psicológicos (cómo gestionamos nuestras emociones) y sociales (nuestra relación con el mundo, nuestra situación familiar, laboral y social).

Los psiquiatras e investigadores han logrado grandes avances en fármacos y terapias psicológicas. Pero nunca definitivos. Desde hace pocos años se está generando una gran expectativa con el uso de drogas psicodélicas. Los más optimistas hablan de un cambio de paradigma y de nuevas reglas del juego que pueden llevar a prevenir las enfermedades mentales en el futuro. Los más prudentes advierten de que faltan datos a medio y largo plazo para evaluar el impacto real de estas terapias, la mayoría de las cuales están todavía en fase experimental con pocos pacientes.

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