El apoyo psicológico asociado a las terapias farmacológicas «es imprescindible» para conseguir que los fumadores abandonen esta adicción. Así lo explicó ayer el Antonio Cepeda, un salmantino que trabaja como profesor en el departamento de Psicología de la Universidad de Texas desde hace una década, y cuya labor investigadora se centra en el ámbito de las drogodependencias. El experto, que participó ayer en el I Encuentro Ibero-Mexicano sobre Tabaquismo que se celebra hasta hoy en Las Palmas de Gran Canaria, aclaró que este respaldo complementario a los tratamientos sustitutivos, como los chicles y los parches de nicotina– es fundamental sobre todo en el caso de las fumadoras, que presentan mayores dificultades para mantener los logros obtenidos en el proceso de deshabituación.

En este sentido, Antonio Cepeda manifestó que las mujeres «fuman por más razones que los hombres», entre ellas, «para controlar el peso». De esta forma, cuando dejan de consumir tabaco y abandonan los productos sustitutivos «ganan peso» y, como tienen «una preocupación más alta por la imagen corporal», presentan un mayor riesgo de recaídas. «Todos los fumadores saben que el tabaco hace daño, pero es muy difícil motivarse y controlar el síndrome de abstinencia; por eso es importante que a la farmacoterapia se una el apoyo social y psicológico, que permite adquirir mecanismos de afrontamiento y relajación y contribuye a mantener la motivación», añadió.

Por otra parte, durante el encuentro, en el que participan especialistas de España, Portugal y México, se puso de manifiesto la «inexistente formación en tabaquismo» generalizada entre los profesionales sanitarios. Por eso, los asistentes acordaron la necesidad de crear un manual específico y propusieron la inclusión de una asignatura en los planes de estas carreras.