Muchos padres sospechan que sus hijos consumen drogas pero no lo saben con certeza. Para esas situaciones, la Policía tiene una serie de recomendaciones que pueden ayudar a identificad casos y a mejorar la manera de abordarlos.

En su segundo manual de situaciones de emergencia, la Jefatura de Policía de Montevideo le dedica varias páginas a las drogas. «Nociones generales sobre su problemática, efectos y consecuencias», se titula el capítulo con el que los especialistas dictan las clases en la Escuela de Seguridad Ciudadana, a la cual asisten comerciantes, vecinos y habitantes de diferentes barrios.

En Montevideo ya hay 50 personas de Colón que finalizaron el curso, mientras que en Canelones, donde el programa se viene desarrollando hace varios años, ya hay más de 2.000 «promotores de seguridad».

Además de nociones básicas sobre qué es una droga y cuáles podrían ser algunas de las motivaciones que llevan a su consumo -menciona curiosidad, temores, rebeldía, falta de diálogo y aislamiento, entre otras-, el manual presenta en pocas páginas un panorama general de la situación en el país, los niveles de consumo de las diferentes sustancias y hasta asegura que, según la Junta Nacional de Drogas, «en 30 días el 55% de los uruguayos consumió alcohol, el 35% fumó tabaco, el 6,6% consumió marihuana, el 1,2 cocaína y el 0,3% pasta base».

En el curso se dan algunas recomendaciones para que los padres puedan darse cuenta si los hijos consumen drogas, entre las que figura, entre otras, prestar atención especial si el chico perdió interés «por sus actividades favoritas», si cambió sus hábitos de «comer y dormir», si aparece en ocasiones «retraído, deprimido, cansado y descuidado en su aspecto personal». Ausencias frecuentes a clase sin justificación, comportamiento agresivo e irritable con todos y notorio descenso en el rendimiento académico también son síntomas de consumo, según la Policía.

LO QUE Sí Y LO QUE NO. Lo que «no se debe hacer» una vez identificado el problema, se expresa en el texto, es restarle importancia al tema, hacer un drama familiar ni prometer «premios a cambio de que deje la droga», entre otras cosas.

El buen diálogo «desde la confianza y no desde la sospecha», «sin entrar en interrogatorios» y «sin renunciar a negociar» es básico para la Policía.

Su apéndice más didáctico es, quizás, el que brinda información específica que puede ser de provecho para padres, maestros y profesores, que pueden enfrentar situaciones de consumo sin saberlo.

Allí se incluye un pequeño «diccionario de la droga», en el que se explica que las palabras «verdolaga», «fumo», «faso» y «palanca» hacen referencia a la marihuana. El mismo glosario agrega que «merca», «blanca», «parrilla» y «papel» son sinónimos de cocaína.

Centros de ayuda

En el manual de Jefatura de Policía que se entrega a los alumnos figuran los datos de contacto de las clínicas que trabajan en rehabilitación y el tratamiento de las adicciones.

Públicas. Departamento de prevención de adicciones del INAU: 2203 7195; Hospital Militar: 2487 6666; Policlínica de Farmacodependencia del Hospital Maciel: 29150467; Policlínica de Toxicología del Hospital Policial: 2506 9056

Privadas. Centro Izcali: 2400 5479; Dianova Uruguay: 2203 6093; Fundación Manantiales: 24028639; Encare: 27081845; Grupo de Cavia: 2707 8815.