Este breve artículo pretende llamar la atención sobre la necesidad de un cambio de enfoque en la prevención local de adicciones y de otros trastornos psicosociales y sobre la necesidad de que cada administración asuma las competencias que corresponde.

Una parte importante de la actividad preventiva de los/as profesionales de la prevención local se desarrolla dentro del ámbito educativo. Pero la prevención en la escuela es responsabilidad del sistema educativo, no de la administración local, mientras que otros ámbitos de la prevención que corresponden a las corporaciones locales permanecen casi inéditos.

La asunción de la prevención de adicciones con todas sus consecuencias por parte del sistema educativo supondría un cambio cualitativo en el panorama de la prevención en España. Una de sus consecuencias sería la de establecer claramente las funciones de los profesionales de educación en la materia y desarrollar el modelo de colaboración entre la escuela y los/as profesionales de la prevención local.

La integración de la prevención de adicciones en el currículo a lo largo de todo el ciclo escolar traería aparejada la necesidad de la integración de otros contenidos preventivos relacionados con los trastornos de conducta, del estado de ánimo, de la violencia, etc., que se pueden presentar a lo largo del mismo periodo y el debate sobre un tronco común de la prevención con diversos niveles y ramas especializadas. En nuestra opinión, se trata de uno de los principales desafíos teóricos que tiene planteada la prevención del siglo XXI, aunque cae fuera del alcance de este artículo.

Por su parte, las corporaciones locales (ayuntamientos, diputaciones, mancomunidades y cabildos) tienen competencias específicas en prevención que no han desarrollado todo su potencial. Se pueden dividir en dos grandes grupos.

Competencias propias de la administración local en prevención

Son las que dependen directamente de sus competencias en materia de urbanismo, promoción de la salud, deportes, consumo, cultura, juventud, convivencia y seguridad ciudadana, servicios sociales, fiestas locales y educación, sin olvidar la potestad normativa que tienen los plenos municipales para dictar ordenanzas.

La prevención ambiental en su vertiente de ocio/consumo de sustancias/vía pública/convivencia depende muy directamente de la política municipal. Lo mismo se puede decir de la prevención comunitaria cuya metodología está ligada a lo territorial y a la participación de los diversos agentes locales.

También corresponde a las corporaciones locales desarrollar programas con un enfoque más sectorial desde determinados departamentos y concejalías. Nos referimos a programas preventivos aplicados en las escuelas deportivas municipales con un enfoque de prevención universal y promotor de salud; a programas de prevención selectiva con adolescentes y sus familias aplicados por los servicios sociales; a programas de detección precoz llevados a cabo con la colaboración directa de la policía local; o a programas para el desarrollo de fiestas locales saludables en colaboración con las entidades que las patrocinan como hermandades, peñas de carnaval, cofradías, agrupaciones falleras, etc..

Para todos estos programas hacen falta recursos, pero también una mirada diferente que permita aplicar el talento preventivo a los recursos que ya existen.

Funciones preventivas compartidas con otras administraciones

Son las medidas preventivas que dependen de otras políticas y programas de carácter mas general (autonómico o nacional), que incluyen en su aplicación el concurso de la administración local o en un sentido más amplio requieren un enfoque comunitario como parte de su implementación.

Para impulsar las medidas pertenecientes a uno y otro grupo es necesario invertir en investigación (preferentemente aplicada y de investigación/acción), en programas de prevención adaptados a nuevos sectores, en cualificación profesional específica (que incluya un mejor conocimiento de la administración local), así como en infraestructura técnica y humana. Todas ellas bajo la óptica de la prevención local que es complementaria, pero diferente de la estrictamente educativa.

Para abordar un fenómeno tan complejo como el de las adicciones sigue siendo necesaria la colaboración entre administraciones, entre sectores y con las entidades sociales, pero este esfuerzo mancomunado no debería desdibujar las responsabilidades que corresponden a cada una de las partes. La delimitación de competencias y responsabilidades es un paso necesario para el ordenamiento del sector de la prevención en nuestro país.

El cambio de enfoque de la prevención local junto al incremento de su financiación, puede contribuir a una colaboración más eficiente entre las tres administraciones que componen el Plan Nacional Sobre Drogas (y adicciones).