SIGMON, S. C. Y HIGGINS, S. T.

Voucher-based contingent reinforcement of marijuana
abstinence among individuals with serious
mental illness. Journal of Substance Abuse Treatment,
vol. 30, n.º 4, pp. 291-295, 2006.

Si el consumo de drogas es un problema de
salud pública, tanto más cuando se produce entre
la población con alguna patología mental severa.
Según los autores del presente artículo, éste es el
primer estudio realizado hasta la fecha sobre el
uso de cupones como incentivo para la abstinencia
en el uso de drogas en ese colectivo. En investigaciones anteriores, este mismo equipo ya
probó la eficacia de los incentivos en metálico
entre personas con enfermedad mental severa
adictas al tabaco y la marihuana. Sin embargo,
dado que las gratificaciones en efectivo pueden
fomentar la búsqueda y el empleo de drogas,
investigar la eficacia del sistema de cupones –que
luego se pueden cambiar por bienes o servicios–
resulta del máximo interés.

El estudio clínico se llevó a cabo en Vermont
(Estados Unidos) en 2000. En él participaron
siete personas –seis hombres y una mujer– con
enfermedad mental –seis esquizofrenias y un
trastorno bipolar– y consumidores habituales –al
menos una vez a la semana– de marihuana (la
droga ilegal más empleada por las personas con
patologías mentales). Ninguna estaba en tratamiento
de desintoxicación o reducción del consumo,
ni había expresado su deseo de hacerlo. La
edad media era de 37,4 años y llevaban un promedio
de 20 años utilizando esa sustancia, que
habían consumido al menos 20 días el mes anterior
al estudio.

El experimento se dividió en tres fases: un
periodo de control de cuatro semanas, uno de
intervención de doce y un nuevo periodo de control
de otras cuatro. En total, veinticuatro semanas,
a lo largo de las cuales se realizaban pruebas
de orina a los participantes para verificar su abstinencia
en el consumo de marihuana. Durante los
periodos de control, los participantes recibían un
cupón de 10 $ por cada muestra de orina suministrada,
independientemente de su resultado
toxicológico. En el periodo de intervención, sólo
se pagaba a quienes entregaban una muestra que
daba negativo en el análisis. La primera muestra
de este tipo era premiada con un cupón de 5 $ y
cada muestra negativa posterior incrementaba su
valor en 2,50 $. Además, por cada dos muestras
negativas seguidas, se abonaba un cupón extra de
10 $. Entregar una muestra positiva, o no entregar
ninguna, no se gratificaba y reducía los cupones
a su valor inicial (luego podían aumentar de
nuevo). En esta fase, el valor total de los cupones
podía ascender a 930 $. Cabe añadir que este sistema
de cupones es similar al utilizado en programas
de reducción de consumo de drogas en
poblaciones sin enfermedad mental.

Cinco de los participantes completaron el
estudio. La media de muestras negativas fue de
9% en la primera fase de control, 46% en la fase
de intervención y 0% en la segunda fase de control.
La media de muestras negativas consecutivas
fue de 7%, 40% y 0%, respectivamente. Los
cupones, cuyo valor total ascendió a 327,50 $, se
intercambiaron sobre todo por alimentos, vales
de restaurante, transporte personal y alquiler de
viviendas.

Los resultados del estudio son similares al
obtenido por este equipo en un experimento anterior
en el cual la gratificación era en metálico. En
este sentido, los autores consideran probado que
los cupones pueden ser útiles para reducir el consumo
de estupefacientes de una población tan difícil
de motivar como las personas con alguna
patología mental, reduciendo al mismo tiempo la
posibilidad de hacer un mal uso de los incentivos.
Además, sugieren que este tipo de intervención
puede ayudar a los consumidores que desean dejar
la marihuana a conseguir mayores niveles de abstinencia.

No obstante, los investigadores reconocen
que su estudio deja dos interrogantes sin resolver:
identificar las características de los usuarios receptivos
a este modelo de estrategia y descubrir si el
resultado sería igual de bueno en caso de que los
incentivos fueran menores.

BIBLIOGRAFÍA

Festinger, D. S. y otros. Do research payments precipitate drug use or coerce participation? Drug and Alcohol Dependence, vol. 78, n.º 3, pp. 275-281, 2005.

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