¿Por qué sólo algunas personas hacen la transición del uso recreativo o circunstancial de las drogas al abuso compulsivo de éstas? O lo que es lo mismo, ¿por qué algunos jóvenes pueden fumar, beber o consumir algunas drogas sin caer en la adicción y otros desde que la prueban casi por primera vez son ya adictos? Esta es la pregunta a la que tratará de dar respuesta el grupo de investigadores dirigido por la doctora Carmen de Felipe, del Instituto de Neurociencias, que a partir del próximo año iniciarán un estudio sobre la predisposición genética a la adicción a las drogas y a ciertas patologías psiquiátricas.

Para ello contarán con cuatro años y 500.000 euros, y para poder llevar a cabo sus estudios el Instituto albergará el banco de ADN de humanos de la Red de Trastornos Adictivos.
Hace ya varios años que los investigadores trabajan sobre la idea de que algunas personas son más sensibles que otras a las drogas adictivas, debido a una predisposición genética, a la vez que se centran en identificar que partes del cerebro afecta cada una de las drogas, de forma que se puedan diseñar tratamientos que rompan con la adicción. En este sentido, algunos trabajos han llegado a demostrar que, por ejemplo, la ausencia de un receptor cerebral en ratones transgénicos incrementaba los efectos estimulantes de la cocaína.

Los trabajos que se lleven a cabo en la Comunidad Valenciana estarán financiados por el Instituto de Salud Carlos III, dentro de un programa que se enmarca en la Red de Trastornos Adictivos compuesta por más de 20 grupos de investigación básica y clínica.

El Instituto de Neurociencias es un centro mixto del CSIC y de la Universidad Miguel Hernández. En este proyecto colaborará además el servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario de San Juan.