El año pasado, el grupo español Dvicio estaba en la cresta de la ola después de que su último álbum encabezase las listas de éxitos. Los jóvenes –que se acercan a los 30 años o los han rebasado– fueron presentados en verano como estrellas en la portada de Like!, una revista para adolescentes. A pesar de la pandemia, la banda siguió de gira por España. Pero sus conciertos tenían algo diferente: estaban patrocinados por British American Tobacco (BAT), una de las compañías tabaqueras más grandes del mundo. En una actuación exclusiva en Madrid, las primeras filas estaban repletas de influencer para promocionar Glo, el nuevo producto de tabaco calentado de BAT. Detrás de ellos se sentaba gente que había ganado entradas en un sorteo en la cuenta de Instagram de Glo. Y los que se la perdieron, tuvieron la oportunidad de ver a Dvicio en el Festival Starlite de Marbella, también patrocinado por la marca.

BAT ha asegurado a los reguladores en todo el mundo que sus nuevos productos, incluidos el tabaco calentado y la nicotina de consumo oral, son para las personas adultas que ya son fumadoras. Pero como dejan claro estos patrocinios, ha lanzado una agresiva campaña de marketing de más de 1.000 millones de euros muy centrada en las redes sociales, los conciertos y los eventos deportivos que podría fomentar que los jóvenes adquieran el hábito de fumar, mortal en potencia y que sigue matando a ocho millones de personas al año, a pesar de las normas establecidas hace mucho tiempo para evitarlo.

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