Las salas de consumo higiénico (SCH) son instalaciones para consumir drogas en condiciones higiénicas y seguras bajo supervisión de profesionales capacitados para actuar en caso de sobredosis u otras complicaciones (Clua, 2023; Clua, 2020a). Éstas son eficaces para reducir las infecciones de transmisión sanguínea y las muertes por sobredosis, facilitar el acceso a la atención social y a la salud, y disminuir el consumo y el material usado en vía pública (Levengood et al., 2021).

Las SCH aparecieron a mediados de los años 80 en Suiza para dar cobertura al consumo por vía parenteral, pero gradualmente se han sumado los espacios para consumir por vía pulmonar e intranasal. Éstas se integran en servicios de reducción de daños, fijos o móviles, gestionados por profesionales y/o entre iguales. Actualmente, se cuenta con más de 120 SCH distribuidas por Europa, Norteamérica y Australia. En España se dispone de un centro en Bilbao (País Vasco), con espacios para consumir por vía parenteral y pulmonar, y 14 en Cataluña: 7 integradas en centros de atención y seguimiento en Barcelona, 2 en centros de reducción de daños (Sant Adrià de Besòs y Lleida), 1 en un albergue, que además cuenta con un espacio para el consumo de alcohol, y 2 unidades móviles (Badalona y Constantí), además de 2 espacios para el consumo por vía pulmonar en Lleida y el CAS Baluard de Barcelona (Clua, 2023; Clua y Dumont, 2022).

En España, como en el resto del mundo, se ha tendido a estudiar las SCH desde ciencias cuantitativas, sin contar apenas con la perspectiva de las personas usuarias. Sin embargo, sabemos que las investigaciones cualitativas pueden proporcionar una mayor y más compleja comprensión de los significados y representaciones del uso de drogas, que son importantes para una mayor adaptabilidad de las intervenciones específicas (Llort y Clua, 2021; Clua, 2020b). Afortunadamente, en la actualidad han incrementado los estudios que cuentan con la experiencia de las personas usuarias, que nos aportan una visión más amplia de las SCH.

En “Apúntame a la sala” (Clua, 2023) se presentan los principales resultados de un estudio etnográfico realizado en 5 SCH de Barcelona. En este se analizan los procesos de salud-enfermedad-atención de las personas usuarias y la cotidianidad en estos dispositivos. Específicamente, los participantes señalaron las SCH como espacios de reducción de daños.  Pero también subrayaron una serie de barreras de acceso, como son los turnos de espera para consumir, la limitada cobertura horaria, la rigidez de las normas, las reducidas dimensiones espaciales, la falta de espacios para consumir por vías diferentes a la parenteral, las interacciones negativas entre personas usuarias y profesionales o la intervención policial en el exterior de estos dispositivos. En detrimento, las personas usuarias expresaban consumir en entornos de riesgo, como son los pisos de venta y consumo, las viviendas particulares o la vía pública.

En “Reducción de Daños en el Siglo XXI” (Aranda-Rodríguez, 2022) se describen las necesidades en los servicios de reducción de daños de España. Se realizaron 4 grupos focales, dos de ellos constituidos por personas usuarias. Éstas identificaron las SCH como estrategias de reducción de daños. Sin embargo, se reportaron como barreras de acceso las extorsiones y/o robos, la desconfianza entre personas usuarias, la sobresaturación del dispositivo, el ambiente de ruido y alborotos y unas condiciones físicas limitadas para el consumo de estimulantes (cocaína/crack y metanfetamina). Además, las mujeres consumidoras identificaron barreras de acceso relacionadas con ser identificadas como madres consumidoras y la preferencia de consumir en el domicilio propio.

En “Women and barriers to harm reduction services” (Shirley-Beavan et al., 2020) se analizan las barreras de acceso a servicios de reducción de daños en mujeres y personas de género disidente. Este estudio se realizó en Metzineres, espacio exclusivo para estos colectivos, que dispone del “tocador” para consumir por vía parenteral y un espacio exterior para consumir por vía pulmonar (Redacción LasDrogas). Se contó con 2 grupos focales, 11 entrevistas individuales, además de entrevistas con 3 profesionales. El estudio reportó que la violencia de género, el estigma social y la discriminación empuja a las mujeres y personas de género disidente a consumir de forma no segura en espacios ocultos. Como alternativa, éstas encuentran Metzineres como un espacio seguro, participativo y libre de discriminación, donde sentirse parte de la comunidad.

En “Procesos de empoderamiento y acceso a derechos en las poblaciones (semi) ocultas drogodependientes” (Episteme Social, 2022) se explora cómo adaptar los recursos sociosanitarios y políticas públicas a las necesidades de poblaciones ocultas drogodependientes. Participaron 289 personas consumidoras de 7 comunidades autónomas de España, categorizadas en 6 perfiles. El informe reportó que las SCH son percibidas como espacios para reducir daños y recibir atención social y de salud. Si bien se subrayaron limitaciones espaciales y en la cobertura horaria y se planteó la necesidad de poner en marcha más SCH en grandes ciudades de España.

Estos estudios nos informan que las personas usuarias incorporan las SCH como espacios de reducción de daños. Pero también nos sugieren una serie de recomendaciones para superar las barreras de acceso a estos dispositivos. Se recomienda ampliar y hacer más atractivas las condiciones físicas de estos espacios, sobre todo para el consumo de estimulantes (Aranda-Rodríguez, 2022; Clua, 2023). Respecto con el diseño, también se sugiere disponer de más espacios para consumir por vía pulmonar e intranasal (Clua, 2023; Episteme Social, 2022), para cubrir las necesidades de este tipo de usuarios, además de reducir el riesgo de transición hacia el consumo por vía parenteral (Speed et al., 2020). Además, se subraya la necesidad de aumentar la provisión de espacios exclusivos para mujeres y personas de género disidente a fin de disponer de ambientes libres de hostilidad, que promuevan el empoderamiento en estos colectivos (Aranda-Rodríguez, 2022; Shirley-Beavan et al., 2020). Por último, no olvidar que para facilitar el acceso es necesario una mayor cobertura horaria y evitar la presencia policial, que aliente a consumir en entornos de riesgo (Clua, 2023; Episteme Social, 2022).

Pero los estudios también nos hablan de la necesidad de ampliar el alcance de estos dispositivos más allá del control epidemiológico. En definitiva, las personas usuarias buscan un lugar tranquilo y atractivo donde tener experiencias placenteras consumiendo drogas (Clua y Dumont, 2022). Estas acuden a las SCH para establecer relaciones compasivas y no estigmatizantes con otras personas (usuarias y profesionales), donde sentirse apoyadas y que permitan mitigar experiencias negativas relacionadas con la vida en la calle (Duncan et al., 2017; Clua y Dumont, 2022). Al fin al cabo, la naturaleza del consumo de drogas es colectiva y nos muestra la necesidad de readaptar las SCH para que en estos entornos se establezcan relaciones sociales y experiencias agradables para las personas usuarias.

En un futuro, es necesario estudiar y proyectar la implementación de SCH en grandes ciudades del territorio nacional. Para ello es imperativo contar con la participación e implicación de las personas usuarias en el diseño y la puesta en marcha de estos dispositivos. Su experiencia es clave para unas SCH sin barreras de acceso y adaptadas a sus necesidades específicas.

Para saber más: Clua García, Rafael (2023) Apúntame a la sala. Etnografía de los usuarios de las salas de consumo higiénico. Tarragona: Publicacions de la URV.

 

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Aranda-Rodríguez, E. (2022). Estudio Reducción de Daños en el Siglo XXI. Madrid: Unión de Asociaciones y Entidades de Atención al Drogodependiente (UNAD).

Clua-García, R. (2020a). La gestión de placeres y daños: Estudio etnográfico sobre el consumo de drogas en vía pública, viviendas y salas de consumo higiénico. Salud colectiva, 16, e2481. https://doi.org/10.18294/sc.2020.2481

Clua García, R. (2020b). Aportes del método etnográfico para el diagnóstico de salud de usuarios de drogas adscritos a programas de reducción de daños. Índex de Enfermería, 29(3), e12761.

Clua García, R. (2023). Apúntame a la sala. Etnografía de los usuarios de las salas de consumo higiénico. Tarragona: Publicacions de la URV.

Clua-García, R., Dumont, G. (2022). From the street to the drug consumption room. Injected drug use across consumption environments. Ethnography. https://doi.org/10.1177/14661381221113416

Duncan, T., Duff, C., Sebar, B., & Lee, J. (2017). ‘Enjoying the kick’: Locating pleasure within the drug consumption room. The International journal on drug policy, 49, 92–101. https://doi.org/10.1016/j.drugpo.2017.07.005

Episteme Social (2022). Procesos de empoderamiento y acceso a derechos en las poblaciones (semi) ocultas drogodependientes. Una investigación orientada a la evaluación de la efectividad de los recursos sociosanitario y a la evaluación de impactos de las políticas púbicas. Barcelona: Episteme Social.

Levengood, T. W., Yoon, G. H., Davoust, M. J., Ogden, S. N., Marshall, B. D. L., Cahill, S. R., & Bazzi, A. R. (2021). Supervised Injection Facilities as Harm Reduction: A Systematic Review. American journal of preventive medicine, 61(5), 738–749. https://doi.org/10.1016/j.amepre.2021.04.017

Llort Suárez, A., & Clua-García, R. (2021). Políticas públicas dirigidas a personas consumidoras de drogas: Estrategias para la desestigmatización y la promoción de los derechos humanos. Salud colectiva, 17, e3041. https://doi.org/10.18294/sc.2021.3041

Redacción LasDrogas. El reto de las salas de consumo supervisado es crear modelos comunitarios basados en la justicia social. LasDrogas.info [Internet]. 23 de junio de 2023 [Consultado 23 de noviembre de 2023]. Recuperado a partir de: https://www.lasdrogas.info/noticias/el-reto-de-la-salas-de-consumo-supervisado-es-crear-modelos-comunitarios-basados-en-la-justicia-social/

Shirley-Beavan, S., Roig, A., Burke-Shyne, N., Daniels, C., & Csak, R. (2020). Women and barriers to harm reduction services: a literature review and initial findings from a qualitative study in Barcelona, Spain. Harm reduction journal, 17(1), 78. https://doi.org/10.1186/s12954-020-00429-5

Speed, K. A., Gehring, N. D., Launier, K., O’Brien, D., Campbell, S., & Hyshka, E. (2020). To what extent do supervised drug consumption services incorporate non-injection routes of administration? A systematic scoping review documenting existing facilities. Harm reduction journal, 17(1), 72. https://doi.org/10.1186/s12954-020-00414-y