«Los extremeños consumimos más drogas legales que el resto de españoles, y estamos por debajo de la media en las ilegales». Así resume Quintín Montero, secretario técnico de Drogodependencias, la fotografía más reciente de la región que refleja el Avance de resultados de la Encuesta Domiciliaria sobre Alcohol y Drogas en Extremadura 2007/2008, cuyos datos acaban de llegar a su mesa.

Sólo el 0,2% de los extremeños, según este estudio, consume cocaína en polvo a diario, y un imperceptible 0,6% ha consumido heroína alguna vez en su vida. Anfetaminas y éxtasis la toman todos los días el 0,1%, y cannabis, el 3,3%.

Pero el panorama no es para respirar tranquilos. Por mucho que resulte satisfactorio que el 0% de los encuestados negara haber consumido heroína, cocaína base (de gran pureza y fumada) y alucinógenos en los últimos 30 días, para los responsables de Drogodependencias en Extremadura resulta todo un reto abordar el 42,5% que sí declararon haber fumado en este período, y el 55,6% que sí reconocieron haber ingerido alcohol.

Por ello, la Junta se plantea un cambio radical de estrategia en el futuro respecto a las campañas de prevención. Durante años se ha estado escenificando el problema de las drogas con la imagen de heroinómanos pinchándose y cocainómanos esnifando polvo blanco. Se ha insistido tanto en estas imágenes para alertar de los peligros de las llamadas «drogas duras», que se ha desfocalizado la realidad, y apenas se ha trabajado con las llamadas «blandas», reconoce Quintín Montero.

Aunque tampoco puede hablarse de falta de información respecto a los riesgos del tabaco y del alcohol. En un estudio anterior de carácter nacional, la Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas en Estudiantes de Enseñanzas Secundarias 2006-2007, el 87,3% de los jóvenes consultados, de entre 14 a 18 años, pensaba que consumir tabaco diariamente puede causar «bastantes o muchos problemas».

Pero, como reconoce Montero, «una cosa es saberlo, por vía racional, y otra sentirla, y tenerlo interiorizado, como sí ocurre con las drogas duras. Nadie duda de los efectos perniciosos del tabaco, pero se ha trivializado mucho al respecto en los medios de comunicación, el cine, el mundo del espectáculo…», critica el secretario técnico de Drogodependencias.

El 80% lo ha probado

«El tabaco y el alcohol son las sustancias que generan más problemas de salud, sin duda alguna. Ninguna de las drogas consideradas ilegales ocasiona los problemas que el alcohol o el tabaco, consideradas por separado, y no sólo de índole sanitario», recuerda Quintín Montero.

Respecto al tabaco, por ejemplo, los extremeños sobrepasan la media de consumo que se registra en el resto del país. Casi el 80% de la población, entre los 15 y los 65 años, reconoce haber fumado en Extremadura alguna vez, mientras que en España probaron en alguna ocasión el tabaco el 68,5%. Prácticamente la mitad de los extremeños mayores de 15 años también asegura haber fumado en los últimos 12 meses, y el 42,5%, en los últimos 30 días.

A diario lo hacen el 33,5%, algo más de uno de cada tres extremeños, cuando en el resto de España no llega al 30%.

Y los extremeños no sólo fuman más, sino que también se inician antes en su consumo: a los 15,77 años, mientras que la media nacional a la que comienzan a fumar es a los 16,5.

La media de inicio en Extremadura es incluso inferior a la media nacional que se registró en 1995, cuando las campañas anti-tabaco aún no eran tan alarmantes respecto a sus efectos perniciosos para la salud con evidencias científicas.

A pesar de las continuas campañas contra el tabaco y las restricciones legales para su adquisición a los menores de edad, el 10% de los adolescentes extremeños, de entre 15 y 18 años, fuma a diario, y también el 36,8% de los jóvenes hasta los 35 años.

El alcohol, otra droga blanda que apenas aparece en las campañas, es la segunda causa de peticiones de ayuda que reciben los denominados CEDEX, los Centros de Desintoxicación que trabajan en Extremadura con protocolos de deshabituación que ya han demostrado científicamente su eficacia.

En lo que llevamos de año, ya se llevan atendidos en estos centros a 2.000 extremeños que han reconocido sus problemas con el alcohol, y que han solicitado utilizar los recursos públicos para intentar dejarlo.

Pero la cifra de alcohólicos es mayor. «Imagínate los que hay que no han acudido todavía a pedir ayuda», señala Montero.

A pesar de ser considerada una droga «blanda», la dependencia del alcohol es ahora uno de los graves a los que tiene que abordar la Administración extremeña por los numerosos problemas sanitarios y sociales que genera, al igual que el tabaco.

El 14,3% de los extremeños encuestados entre los 35 y 64 años bebe a diario, y el 3,8% de la población puede encuadrarse en la categoría de «bebedores de riesgo». Sin embargo, la mayoría de la población ignora las consecuencias, y las trivializa. «Cuando alguien bebe mucho o se emborracha, en vez de reconocer su problema, decimos que es que no sabe beber», lamenta el secretario técnico de Drogodependencias.

Lo que más, cerveza

El consumo del alcohol, aún siendo también perjudicial, y no sólo desde el aspecto sanitario, está socialmente muy extendido en Extremadura. El 95,6% de los extremeños de 15 a 65 años asegura que lo han ingerido alguna vez en la vida, un dato bastante elevado comparado con la media nacional, que se sitúa en el 88%.

El 81,1% declara haberlo consumido alguna vez en el último año, y el 55,6%, en los últimos 30 días. La edad de inicio en el consumo de alcohol en Extremadura es ligeramente más baja que en el entorno nacional: 16,45 años frente a a los 16,8 que en el país.

En los fines de semana, el consumo se dispara. En Extremadura la mitad de los encuestados bebió el viernes, sábado o domingo en los últimos 30 días, frente al 23% que dijo haberlo hecho en día laboral. Lo que más beben los extremeños es cerveza, seguido por el vino, y combinados y cubatas, sobre todo en los fines de semana.

En cuanto a los consumos más intensos, el 15,3% de los extremeños de entre 15 y 64 años reconoció haberse emborrachado en alguna ocasión en los últimos 12 meses, y el 14,3%, haber ingerido cinco o más copas seguidas en el plazo de dos horas en los últimos 30 días.

QUINTÍN MONTERO | SECRETARIO TÉCNICO DE DROGODEPENDENCIA

Quintín Montero está a punto de cumplir su primer año como responsable de Drogodependencia en Extremadura, aunque lleva más de 25 años trabajando a pie de calle con drogodependientes. A veces, reconoce, echa de menos el cara a cara con la gente.

Desde que empezó a trabajar en este tema en las Cuestas de Orinaza, para pasar después al Proyecto Vida ¿qué cosas han cambiado en la forma de abordarlo?

– Creo que lo principal es que hemos pasado del café para todos, del mismo tratamiento para todos los tipos de drogodependientes, al menú a la carta, según los casos. Antes tratábamos a todos igual, como a los primeros heroinómanos, en comunidades apartadas en una primera fase de desintoxicación… Ahora se diseñan distintos itinerarios, y todo el proceso se lleva a cabo en comunidades terapéuticas urbanas, con proyectos de incorporación socio-laboral desde el primer día, sin aislamientos y sin refugios.

Según su experiencia, y con todos los casos que ha visto ¿son más los que logran salir o los que se quedan?

– Según mi experiencia, de la droga se sale, sin la menor duda, y además para siempre. A menudo me encuentro a gente que consumía, pero que ahora está perfectamente en su casa. He visto a muchos rehabilitados, aunque no presuman de ello. Si no fuera así, sería imposible seguir en esto.

¿Y hay algún elemento común entre los que lo consiguen?

– Es que todo el mundo puede salir. Si te planteas qué tienen que ver unos con otros de los que lo consiguen… pues nada, porque eran totalmente distintos. Conozco gente que tenía todo para conseguirlo: una familia que lo apoyaba, recursos de todo tipo, y ahí siguen. Con un tratamiento profesionalizado, hay factores que favorecen la rehabilitación, como el apoyo familiar; la concienciación de que existe un problema; y la confianza en sus posibilidades de recuperación. Cuando se tiene todo eso, tenemos mucho avanzado.

¿Y los padres? ¿Qué pueden hacer para proteger a sus hijos?

– Es ilusorio pedirles, por ejemplo, que no beban nunca, pero sí hay que avisarles de los peligros que encierra el alcohol y otras drogas. Hay factores que también les protegen, como fomentar su autoestima, para que aguanten la presión del entorno; darles confianza en sí mismos; y ponerles límites respecto a qué cosas pueden hacer y cuáles no, y eso se puede hacer desde que son muy pequeños, no hace falta esperar a la adolescencia. Hay que mostrarles cariño, y enseñarles autocontrol.