A partir de hoy empezaremos a encontrar en los estancos unas nuevas cajetillas convertidas en verdaderos anuncios contra el vicio de fumar. Con la entrada en vigor de la directiva europea que armoniza las normas sobre fabricación, presentación y venta de cigarrillos, se abre un periodo de doble circulación de un año en el que las tabaqueras deberán agotar sus existencias y empezar a comercializar sus productos con duras y explícitas advertencias sobre los riesgos del tabaquismo.

La directiva pretende cambiar drásticamente la presentación de los paquetes de tabaco, con el objetivo de desanimar a los fumadores y frenar la adicción a la nicotina y al alquitrán, un vicio que cada año mata en la UE a más de 500.000 personas.

La cara anterior del envase recogerá las advertencias: «Fumar mata», «Fumar puede matar» o «Fumar daña gravemente su salud y la de las personas que están a su alrededor». Y la cara posterior será aún peor, con advertencias más precisas sobre los riesgos sanitarios más relevantes que conlleva el tabaquismo, como el cáncer de pulmón. Por si faltan ideas, la normativa sugiere 14 mensajes adicionales del tipo «Los fumadores mueren jóvenes», «Fumar provoca una muerte lenta y dolorosa», o, para los más coquetos, «Fumar envejece la piel».

Bocas ennegrecidas

Estas advertencias podrán ir acompañadas de fotografías en color u otras ilustraciones, que serán elegidas por los estados miembros para mostrar los efectos del tabaco en la salud: bocas ennegrecidas por la nicotina, enfermos terminales de cáncer, la radiografía de un pulmón destrozado o un feto con malformaciones. La directiva establece que el tamaño de las advertencias cubrirá el 30% de la cara anterior, el 32% en los estados con dos lenguas oficiales y el 35% en los que tengan tres lenguas. En el reverso del paquete, con imágenes incluidas, las advertencias ocuparán el 40% del espacio (el 45% para dos lenguas y 50% para tres).

Sin embargo, no será un cambio radical. Las tabaqueras cuentan con un periodo de transición de un año, para que agoten sus stocks y empiecen a prepararse para que, en septiembre de 2003, todos los paquetes que circulen por el mercado cumplan la normativa europea. Hoy empieza también la cuenta atrás para la desaparición de los términos light, ultralight o bajo en nicotina. Justo dentro de un año, estos adjetivos quedarán desterrados por llevar a engaño y pretender que son menos dañinos que el tabaco normal. Pero no es sólo el aspecto exterior. La directiva, además de afectar claramente al marketing, también establece límites a los contenidos de los productos de tabaco. A partir de 2004, cada cigarrillo no podrán contener más de 1 mg. de nicotina, 10 de alquitrán y 10 de monóxido de carbono. Estas cantidades deberán leerse con claridad, porque ocuparán el 10% de la superficie de la cajetilla.

No obstante, y para satisfacer las demandas de algunos estados miembros, se han fijado periodos transitorios, hasta el 1 de enero de 2007, como máximo, para la introducción de estos límites en el tabaco destinado a la exportación. Precisamente, España ha sido uno de los países que más ha batallado para conseguir periodos transitorios largos, alegando que el sector tabaquero español, concentrado sobre todo en Extremadura, Canarias y Andalucía, no tendría tiempo para adaptarse a la nueva normativa.

Los periodos transitorios pretenden impedir que una medida de gran beneficio para la salud de los europeos tenga un coste social, en términos de empleo, demasiado alto, y evitar que la directiva suponga una ventaja para las compañías norteamericanas y asiáticas en detrimento de la exportación comunitaria hacia terceros países.En concreto, el sindicato de los tabaqueros opina que esta medida podría poner en peligro la existencia de 9.000 puestos de trabajo.