Los cambios en la expresión genética producida por el consumo de drogas centraron el desarrollo del simposio «Adicción: mecanismos, fenomenología y tratamiento», organizado por el Instituto Europeo de Salud en Barcelona y en el que participaron más de 300 especialistas de todo el continente.
El catedrático de Farmacología de la Universitat Pompeu Fabra, Rafael Maldonado, ya expuso durante su parlamento inaugural que «la administración de drogas de abuso es capaz de producir modificaciones directas en la expresión de determinados genes a largo plazo».
En el grupo de drogas de abuso, Maldonado incluyó tanto las legales (nicotina y alcohol) como las ilegales (heroína, cocaína, cannabis o éxtasis, entre otros). La modificación de dichos genes «cambia la vulnerabilidad del organismo frente a dichas drogas», lo que en opinión del catedrático «podría explicar los fenómenos de recaída tras largos períodos sin la droga».
Maldonado hizo especial hincapié en la peligrosidad de las drogas de diseño y puso como ejemplo el extásis, una droga que se calcula que han probado más de tres millones de europeos. La enfermedad de Parkinson se produce a consecuencia de una caída en los niveles de dopamina y el consumo de éxtasis produce, precisamente, la disminución de dopamina. «Eso quiere decir que los usuarios de esta droga van a tener una mayor vulnerabilidad a padecer transtornos similares a los que padece un adultó con Parkinson», alertó este especialista.