Empieza a ser preocupante el consumo de alcohol en menores de edad. Y lo peor es que el hábito se convierta en una enfermedad. Durante la visita que ayer realizó el delegado del Gobierno para el Plan Nacional de Drogas, Gonzalo Robles Orozco, se supo que al colectivo La Huertecica, dedicado a la desintoxicación y rehabilitación social de los toxicómanos, empiezan a llegar los primeros casos de menores adictos al alcohol. Se trata de tres chicos adolescentes de condición humilde, que gracias a la intervención de la familia han acudido al centro para su tratamiento.
Al no tener la mayoría de edad el colectivo los somete a un tratamiento de forma extraoficial, como si se atendiera, más que nada, un problema familiar. El director de la Huertecica, Diego Cruzado, cree que la campaña de concienciación para prevenir el consumo de drogas ha sensibilizado a las familias afectadas, lo que también está ocurriendo en otras partes del país. «Empezamos a ser más conscientes». Cruzado no cree que estos casos sean consecuencia de la práctica social de los jóvenes del botelleo (beber en la calle), que está tan extendida por el país, y, por supuesto, en Cartagena. «El botelleo es una cuestión de mercado. Beber se pone caro y los jóvenes adoptan medidas para conseguirlo de la forma más barata», afirma Cruzado, quien no cree que su práctica incite al alcoholismo.
El director anunció que en breve se va a poner en marcha un plan de prevención del consumo de drogas, en especial destinado al consumo de alcohol, en la ciudad de Murcia, que comenzará con un estudio de esta práctica: lo que beben, cuántos lo hacen y otros datos estadísticos. Este estudio, si hay presupuesto, podría extenderse a Cartagena, según el director de La Huertecica. El Delegado del Gobierno del Plan Nacional de la Droga se refirió también al botelleo, a preguntas de los periodistas, y a la legislación sobre este fenómeno social: «La ley, que está en marcha, que no es la ley seca, ni del botellón, sino de prevención y uso medido del alcohol, tiene dos objetivos. Uno, eliminar el consumo en los menores de edad y otro, moderar el de los adultos. Lo que marca es la posibilidad de tener en todo el Estado Español una edad legal de acceso al alcohol, temas de venta y publicidad, restricciones de venta a menores, sanciones eficaces y todo eso va a ser muy útil para los ayuntamientos».