El Centro Comarcal de Drogodependencias (CCD) ha tenido que modificar una parte de sus terapias para adaptarse a la edad de sus nuevos pacientes. Y es que, el 25% de las personas que iniciaron el pasado año un tratamiento de desintoxicación en estas instalaciones fueron jóvenes con edades comprendidas entre los 14 y los 23 años, una cifra que, pese a las muchas actuaciones en materia de prevención que se están llevando a cabo en el municipio, siguen creciendo en comparación con años anteriores.

Así lo pone de manifiesto el director del CCD, Sebastián Girón, quien explica que, pese a que el número de pacientes es muy similar al de años anteriores (270 en 2002 frente a los 267 de 2001), lo más significativo de estos datos es que cada vez existe un mayor sector de la población juvenil con problemas de adicción (además de los anteriormente citados, otro 11% tiene entre 24 y 28 años). En buena parte de estos jóvenes, sus problemas son derivados por una dependencia a la cocaína y al alcohol (casi siempre conjunta), ya que, según explican desde el CCD, la heroína ha experimentado una «franca remisión» frente al «aumento desmedido en el consumo de alcohol y cocaína».

De los 270 pacientes del pasado año, 88 llegaron a este centro para iniciar su desintoxicación (el 80% hombres y el 20% mujeres) y 70 lo hicieron para repetir sus tratamientos tras sufrir una recaída (el resto pertenece al programa de metadona). Al comparar las estadísticas, es notable la diferencia que existe entre ambas en el consumo de heroína, ya que mientras los nuevos pacientes apenas muestran adicción a esta sustancia, no sucede lo mismo con los toxicómanos que reinician el tratamiento, ya que en estos casos la heroína ocupa un 60% del total, con 42 pacientes. Le siguen las recaídas en el consumo desmedido de alcohol (34%) y, tras éstas, con datos casi inapreciables, los que reinician terapias de desintoxicación relacionadas con el cannabis y la cocaína.

Destaca Girón, además, los pocos casos de adicción a las pastillas de diseño que se diagnostican en el CCD pese al incremento en el consumo de éstas que se está produciendo en la población más joven, un hecho que achaca a varias razones: por un lado a que los problemas de dependencia se tratan directamente en los centros hospitalarios o de salud mental, y por otra, a que gran parte de estos casos se analizan en centros privados y que, por tanto, no hay constancia de este incremento. Lo mismo sucede, a su juicio, con la cocaína, ya que, según resalta, el perfil de los consumidores responde a una posición social medio-alta y, por tanto, no suelen acudir a centros públicos sino a otros servicios privados.