El futuro Gobierno socialista no seguirá los pasos de Irlanda, primer país europeo que prohibe fumar en el trabajo y los bares, en la lucha contra el tabaquismo sino que, previsiblemente, apostará por la subida del precio del tabaco, como en Francia, para reducir su consumo.
En este sentido, la responsable de políticas sociales del PSOE y diputada por la provincia de Almería, Consuelo Rumí, ha señalado que su partido es partidario de intensificar las medidas preventivas y educativas para reducir el tabaquismo, frente a medidas «punitivas» como la irlandesa.
Irlanda ha sido el primer país en Europa que prohibe el consumo de cigarrillos en los lugares de trabajo, restaurantes y bares para hacer frente a este problema, que causa miles de muertes y multimillonarios costes a la sanidad pública.
EN CONTRA Y A FAVOR
En España, cultivadores de tabaco, estanqueros, tabaqueras, hosteleros y fumadores se han pronunciado en contra de la medida irlandesa. Si bien, también se han levantado voces en favor de la misma como el Comité de Prevención del Tabaquismo y médicos españoles.
El director de la Federación Nacional de Cultivadores de Tabaco, Juan Hernández Roldán, calificó de «excesivo» y «desmesurado» el «cerco a los fumadores» establecido en Irlanda mediante la prohibición de fumar en los locales de ocio.
En declaraciones a Línea Social Digital, Hernández Roldán abogó por el respeto al derecho de los no fumadores pero advirtió de que también debe contemplarse el de quienes fuman. «Yo entiendo que debe haber unas zonas especialmente habilitadas para los fumadores y que tanto el derecho de unos como de otros debe estar en consonancia», dijo.
El director de los cultivadores dijo que la medida irlandesa va en la línea de la persecución que se está realizando en Europa contra los fumadores y descartó que dicha prohibición pueda llegar a España.
PÉRDIDAS EN EL SECTOR HOSTELERO
La Federación Española de Hostelería (FEH) va más allá y vaticina que si se prohibiera fumar en los restaurantes y bares españoles, al igual que ha ocurrido en Irlanda, esa medida originaría pérdidas en el sector de hasta un 10%, con graves consecuencias económicas y de empleo.
El adjunto al presidente de la FEH, José Luis Guerra, explicó a este semanario que los hosteleros no están ni a favor ni en contra de que se fume en sus locales, sino al servicio de su clientela, que «de momento fuma».
Respecto a la posibilidad de que una medida como ésta se implante en España, Guerra comentó que no lo ve probable, porque hasta ahora el asunto del tabaco se ha llevado en nuestro país con gran racionalidad y criterio por parte de las autoridades. «Lo que sí creo es que puede ser que la sociedad evolucione hacia no fumar mayoritariamente, con lo cual nos quitarían un problema», subrayó.
Mientras, la Asociación Empresarial del Tabaco (AET) considera que debe ser el hostelero quien decida si se puede o no consumir cigarrillos en su establecimiento.
Fuentes de la AET señalaron a este semanario que «estamos convencidos de que, en el sector hostelero, el propietario de un establecimiento debería poder decidir si se permite o no fumar en el mismo y en qué condiciones, informando siempre al posible cliente ante qué tipo de local se encuentra para que éste pueda decidir si accede o no».
FALTA DE RESPETO
En opinión del presidente de la Unión de Asociaciones de Estanqueros, Manuel Fernández Vicario, «los españoles tienen mucha más educación que los irlandeses y saben a quienes deben respetar», razón por la cual no cree que en España se adopte la decisión irlandesa de prohibir fumar en los bares.
Fernández Vicario, dijo a que, «la decisión irlandesa supone una falta de respeto al ser humano y a sus libertades» e insistió en que, «la hostelería española no permitiría que se adoptara una medida de estas características».
Por su lado, el director del Club de Fumadores por la Tolerancia, Álvaro Garrido, consideró que la decisión de las autoridades irlandesas de prohibir fumar en los pubs del país es equiparable a vetar el sexo en el dormitorio.
«Un irlandés me decía hace poco que prohibir fumar en un pub en Irlanda era como prohibir el sexo en el dormitorio», destacó Garrido, quien aseguró que implantar esta medida en España provocaría el efecto contrario al perseguido cuando se prohibió consumir alcohol en la calle, es decir, que la gente tenga que salir de los bares para fumar.
A su juicio, los bares están pensados para que las personas se diviertan, se tomen una copa y se fumen un cigarrillo si les apetece. «Yo creo que es exagerado, que es una medida que parte una vez más del fundamentalismo que se ha creado en torno a la salud», aseveró.
Garrido no descartó, sin embargo, que la prohibición irlandesa pueda llegar a España, ya que es una de las líneas de actuación recogidas en el Plan contra el Tabaquismo. La cuestión, añadió, es saber hasta qué punto se va a dejar cierto espacio para que el propietario del local habilite zonas en las que se pudiera fumar.
UN PASO ADELANTE
Por contra, el Comité de Prevención del Tabaquismo y médicos españoles se han pronunciado en favor de la medida irlandesa contra el tabaquismo e incluso han pedido que se establezca en España.
En este sentido, el presidente del Comité, Rodrigo Córdoba, aseguró que la decisión adoptada en Irlanda es «un avance legislativo muy positivo» en favor de la salud pública, al tiempo que anunció que, «tarde o temprano», esta decisión se adoptará en toda Europa.
Sobre la posibilidad de que una medida de este tipo pueda implantarse en España, el presidente del Comité reconoció que aún es pronto. «Tenemos una formidable cultura del bar y estamos en otra fase». Además, según recordó, en España se incumple la prohibición de fumar existente en hospitales, escuelas o transporte público en un 45%.
«No estamos socialmente preparados, pero tarde o temprano esto llegará vía legislación europea y habrá que asumirlo», aseveró. «Aún hay mucha gente que no comprenderá este tipo de medida», reconoció, «pero final se irá comprendiendo».
PROHIBICIÓN Y SUBIDA IMPUESTOS
Finalmente, la Asociación Española de Radioterapia y Oncología (AERO), como sociedad científica dedicada al tratamiento del cáncer, hizo público un comunicado en el que reclama para España los mismos objetivos que ya se ha marcado la Sociedad Americana de Cáncer, y que son el proteger a los jóvenes con campañas de divulgación y concienciación, impedir la venta en sitios no autorizados, así como prohibir fumar en sitios públicos, siguiendo el ejemplo de Irlanda.
La AERO pide también incrementar el precio del paquete de cigarrillos de forma importante (como en Francia) y restringir la publicidad de las industrias tabaqueras que invierten cada año más de 103 millones de dólares en promocionar el consumo del tabaco, así como penalizarlas cuando empleen publicidad engañosa.
La publicación del comunicado coincidió con la celebración del Día Europeo del Tabaco (el pasado 31 de marzo) y que, según los profesionales de la medicina «invita a la reflexión, por no haber podido parar la epidemia de muertes que el tabaco está causando en la humanidad y segundo quiere ser un día de denuncia, al observar como los países y sus administraciones públicas se esfuerzan tan poco en terminar con la droga más mortífera que existe».