Redacción-

La tendencia a la baja en el patrocinio de tabaco desde que la Formula 1 recomendó la prohibición de la publicidad del tabaco en el deporte en 2006, parece haber llegado a su fin. En 2018 Philip Morris era el único patrocinador de tabaco con un gasto estimado medio de 50 millones de dólares. Para 2019, PMI aumentó su gasto y British American Tobacco (BAT) se reincorporó al deporte, lo que elevó el gasto total de la industria tabacalera a un estimado de 100 millones de dólares. Y se espera que las cifras del 2021 sean más altas, confirmando la tendencia a el alza.

Una tendencia que coincide con los esfuerzos de la Fórmula 1 por hacer crecer la audiencia jóvenes a través de redes sociales y deportes electrónicos, que como señala un artículo publicado en exposetobacco.org Will the Next FIA President Finally Ban Tobacco Sponsorship in F1?, es «la misma audiencia que las empresas tabacaleras suelen tener como objetivo para reclutar nuevos clientes para sus productos mortales y adictivos». La investigación de STOP Driving Addiction: F1 and Tobacco Advertising considera que la exposición a la publicidad puede conducir a percepciones más favorables de estas empresas entre los jóvenes, lo que puede aumentar las tasas de tabaquismo.

Por ello más de 100 grupos de la sociedad civil firmaron una carta abierta al presidente de la FIA pidiendo un cambio y expresando la preocupación de que la F1 se estuviera convirtiendo en un canal más para que la industria tabacalera llegara a los jóvenes de todo el mundo. Carta a la que el presidente respondió eludiendo la responsabilidad por la afluencia de efectivo del tabaco en el deporte. Ante una posterior carta abierta de Youth Tabacco Control pidiendo el fin del patrocinio del tabaco en la Fórmula 1, la FIA traslado las responsabilidades hacia los países que tenían otras legislaciones al respecto.

Pero toda esta tendencia podría cambiar si el nuevo presidente de FIA, Ben Sulayem, (elegido el 17 de diciembre de 2021)  hace un cambio de rumbo y apuesta por no seguir aceptando el patrocinio de la industria tabacalera. Una asociación que también puede suponer un grave riesgo para la reputación de la F1, cuando el deporte ya está siendo criticado por su impacto ambiental nocivo y por permitir el lavado deportivo en países con antecedentes cuestionables en materia de derechos humanos.

Leer el artículo original en exposetobacco.org

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