La Comisión Europea ha respaldado la intención expresada por el Gobierno español de prohibir el tabaco en los lugares de trabajo a finales de 2005, y señaló que se ajusta a las recomendaciones aprobadas por los ministros de Sanidad de la UE.

«La Comisión es partidaria de tomar todas las medidas necesarias para proteger a los fumadores pasivos, porque sabemos que es peligroso», señaló el comisario de Salud y Protección del Consumidor David Byrne, comisario de Sanidad. A falta de legislación comunitaria sobre lucha sobre el tabaco, Bruselas recuerda que existe un catálogo de recomendaciones aprobado por los ministros de Sanidad europeos en diciembre de 2002, aunque no son vinculantes y cada Estado miembro decide cómo aplicarlas.

Este texto aconseja aplicar disposiciones legislativas y cualquier otro tipo de medida para «asegurar una protección contra la exposición al humo de tabaco en el ambiente en los locales de trabajo, los lugares públicos cerrados y los transportes públicos».

La recomendación precisa que se ha de conceder una «atención prioritaria» a «los centros de enseñanza, a los centros de salud y a los que proporcionan servicios a los niños». Además, las medidas se adaptarán «a las prácticas en vigor y a las situaciones existentes en los diferentes Estados miembros».

El comisario Byrne es partidario de una prohibición total del tabaco en los lugares públicos, incluidos bares y restaurantes, pero ha renunciado a promover una normativa comunitaria sobre esta cuestión, no sólo por la falta de competencias, sino también porque considera que «no es útil» y resulta más efectiva una discusión a nivel nacional y regional por las diferencias de cultura entre los Estados miembros.

Tampoco hay suficiente margen de maniobra para prohibir el tabaco en los centros de trabajo a través de la directiva sobre salud laboral, pero la Comisión ha querido dar ejemplo y desde el 1 de mayo prohíbe fumar en sus instalaciones, incluidas restaurantes y cafeterías.

En los últimos meses, diversos países europeos han endurecido su normativa antitabaco. Los más estrictos han sido Irlanda y Noruega, que prohíben ya fumar en bares y restaurantes. En Holanda, desde el 1 de enero, se prohíbe fumar en los lugares de trabajo, incluidas las escaleras, la entrada, la cafetería o los lavabos.

También en Suecia se ha aprobado una legislación en este sentido que entrará en vigor en 2005, mientras que en Reino Unido ya se ha iniciado el debate sobre la prohibición de fumar en los lugares públicos, aunque la presión de los propietarios de pubs ha obligado al gobierno a posponer cualquier decisión.

España ocupa el sexto lugar entre los Quince donde más se fuma, por detrás de Reino Unido, Francia, Dinamarca, Grecia y Holanda. Casi el 41% de la población española fuma, con una media de 23 cigarrillos diarios, y menos de un 20% confiesa haberlo dejado, según los datos del Eurobarómetro. La media comunitaria se sitúa en el 39,4% de población fumadora.