Los estudios realizados por la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid están adelantando una previsible modificación en el consumo de drogas que apunta a la mujer como principal protagonista de este cambio.

Así, todos los indicadores que se han seguido durante los últimos años en personas con edades comprendidas entre los 15 y los 18 años indican que, mientras el consumo de estupefacientes se estabiliza en el caso de los varones, el de chicas se está multiplicando hasta acercarse o superar a los primeros, y mientras que estos se inician a través de los amigos, las féminas lo hacen por medio de sus parejas.

Estos consumos crecientes en adolescentes y jóvenes adelantan lo que será el posible perfil del drogodependiente a medio plazo. Es decir, será similar al actual, pero con una proporción de mujeres que será mucho mayor, cercana al 50 por ciento o tal vez más. Este hecho supone que en las mujeres las drogodependencias las empujan a una mayor marginalidad que a los varones. «Se observa -dicen- que las mujeres sufren un mayor rechazo de la familia que los varones» y además «tienen, en general, indicadores de marginalidad más altos que los hombres».