En el artículo Cómo la atención afirmativa de género es reducción de daños de Talkin Drugs, Ailish Brennan comparte sus propias experiencias y las de su comunidad como persona trans sobre el uso de drogas, donde destaca en primer lugar la falta de investigación. “Mis propias experiencias como persona queer siempre han afectado en el qué, cómo, dónde y por qué uso drogas. Cuando me identifiqué por primera vez como una mujer transgénero y di mis primeros pasos formativos en el mundo, los espacios de uso de drogas y las personas que las consumen fueron de los primeros en aceptarme como mujer”.
Brennan afirma que por primera vez se sintió recibida y amada en aquellos espacios de uso de drogas. También, que las intersecciones de su experiencia como mujer trans que consume drogas tuvieron aspectos negativos, en cuanto a que el acoso y la agresión recibidos fuera de estos espacios la llevaron a cambiar su forma de consumo, usando las sustancias con mucho menos cuidado para su propio bienestar: “Para tratar la intensa disforia que he sentido durante años”.
De hecho, destaca un punto muy interesante y es que los tratamientos para la disforia de género a menudo son inaccesibles y negados. Esto lleva a que muchas personas se automediquen con drogas, para superar lo que ella define como “la intensa niebla de disforia de vivir en un cuerpo del que sentía desconexión y odio activo”. Y puntualiza algo muy importante para tener en cuenta a la hora de hablar de reducción de daños, y es que cuando accedió a una atención médica afirmativa de género su consumo de drogas cambió drásticamente, dejando a un lado la automedicación y minimizando los daños.
La atención médica afirmativa de género engloba aspectos de la salud como la atención primaria, la salud mental, la atención hormonal o las intervenciones quirúrgicas relacionadas con la afirmación de género, como la cirugía de reasignación de género. Lo que busca es una atención de calidad que respete la identidad de las personas y se las trate con respeto y dignidad, comenzando por preguntar y usar los pronombres correctos y abordando las necesidades específicas de cada persona.
Es importante pararnos en este aspecto porque, como dice la autora, en ocasiones la reducción de daños no tiene que ver con el uso de drogas: “Asegurar el acceso a la atención médica afirmativa de género para las personas trans a menudo es una intervención fantástica para reducir los daños relacionados con las drogas”. De hecho, para muchas personas trans los servicios relacionados con el uso de sustancias no suelen ser una prioridad, ya que, en palabras de Brennan: “Generalmente, estamos luchando con servicios de salud que obstaculizan nuestra transición, o con personas que nos odian simplemente por existir”.
Y aquí es esencial tener en cuenta los determinantes sociales de la salud, que son condiciones y factores en el entorno social, económico y ambiental que influyen en la salud y el bienestar de las personas. Por lo tanto, también inciden en el consumo de sustancias y la relación que se establece con ellas. Trabajar el tema de los consumos de drogas desde este enfoque es tener en cuenta la influencia de todos estos factores en cómo se relacionan las personas con ciertas sustancias y sus consumos problemáticos.
Por último, la autora manifiesta lo esencial que sería contar con el conocimiento de la comunidad trans a la hora de pensar en políticas de drogas o de reducción de daños. Así como la urgencia de realizar mejoras en los servicios para satisfacer las necesidades de mujeres, mujeres trans y personas no binarias o de género diverso, ya que cuando hay limitaciones –básicamente por falta de dinero–, los diseños este sistema patriarcal se basan en cubrir las necesidades del hombre cisgénero promedio.
“Si bien es cierto que más hombres se identifican como consumidores de drogas que mujeres (y personas fuera de la binariedad de género), las mujeres que consumen drogas representan una proporción aún más pequeña de las personas que acceden a servicios de reducción de daños. Existe una desigualdad aquí en términos de acceso a los servicios que debe resolverse”.
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