¿Por qué algunos jóvenes pueden usar las redes sociales y los dispositivos móviles sin ningún problema de adicción o salud mental y a otros el uso de estas herramientas les perjudican gravemente? ¿Qué es lo que hace que algunos adolescentes sean más vulnerables a caer en un uso problemático y otros puedan gestionar su tiempo en internet con éxito e incluso de manera beneficiosa?

Partiendo de la base de que los jóvenes dedican una media de 3 o 4 horas a las redes sociales, es crucial para su salud mental y su ajuste psicosocial que entendamos la diferencia entre un uso beneficioso y un uso problemático y aprendamos a fomentar lo primero.

Una de las claves que previenen un uso abusivo de los dispositivos, según diversos estudios, está relacionada con las habilidades emocionales. La evidencia sugiere que adolescentes con déficits en competencias emocionales como la comprensión o la regulación de sus emocionales muestran dificultades para manejar el estrés y usan estrategias poco constructivas ante dificultades como la rumiación o la culpa a otros, lo cual se vincula con un mayor uso problemático de las tecnologías de la información y la comunicación y mayores conductas de ciberacoso.

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