Una investigación llevada a cabo por científicos de la Emory University (Estados Unidos) ofrece algunas pistas sobre cómo se desarrolla el sida. Realizaron sus experimentos con monos grises o mangabey y comprobaron que nunca llegan a desarrollar la enfermedad, pese a estar infectados con el virus de la inmunideficiencia del simio (VIS).

Los autores explican que cuando una persona se contagia con el VIH, el virus destruye los linfocitos T que ha infectado, pero también los linfocitos T libres del virus, probablemente debido a un estado hiperactivo del sistema inmunitario. En el caso de los monos grises, algunos de sus linfocitos T infectados son destruidos, pero no aquellos en los que el VIS ha penetrado. Y aunque en su organismo se produce una constante replicación del virus, no llegan a desarrollar sida.

En consecuencia, los autores opinan que existe un paso necesario en la progresión de la infección por VIH a sida que implica la pérdida de linfocitos T no infectados por el virus. Asimismo, sus resultados dan a entender que el hecho de que el virus infecte y destruya los linfocitos T en altas cantidades no es suficiente para progresar a sida. Esto último –que precisa la destrucción de linfocitos no infectados- es debido, a su juicio, a la actuación alterada del propio sistema inmunitario, que reacciona de una forma no específica contra el VIH, algo que no se observa en los monos grises, que probablemente constituyen una especie que lleva viviendo con el virus del sida desde hace muchos años.

Es posible que al principio murieran muchos de estos monos, lo mismo que sucede en la actualidad con el ser humano, pero al final se han adaptado al mismo, algo que también podría ocurrir en las personas en el futuro, opinan los autores.