Trámites de rutina. Exámenes médicos obligatorios por trabajo. Sangre, orina, vista, rayos X, respiración. Todo dentro de lo esperado, hasta llegar al último paso: la evaluación psicológica.

Las preguntas de la psicóloga son predecibles:

— ¿Consume alcohol o cigarrillos?

— Sí.

— ¿Marihuana y cocaína?

— Sí.

Algo cambia.

Se acomoda en su silla.

— ¿Qué otras drogas consume?

— MDMA, LSD, hongos…

La psicóloga levanta la vista de la pantalla.

— MDM…?

— Sí, MDMA, también conocido como éxtasis, un estimulante empatógeno…

Un parpadeo más largo de lo habitual, una breve pausa antes del segundo despliegue: ¿Desde cuándo? ¿Con qué frecuencia? ¿Cuándo fue la última vez que consumió todas esas drogas?

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