Durante la celebración de la undécima edición del Simposio Nacional de Sida de Sitges, que se celebró ayer, se informó de que el 30% de las personas portadoras del virus del sida están también infectadas por el de la hepatitis C. Este porcentaje se eleva hasta el 50% en España debido al elevado número de seropositivos que contrajeron la infección por el uso de drogas por vía parenteral.
En la misma línea se ha registrado un considerable aumento del número de infecciones de hepatitis C aguda en las grandes ciudades europeas, como París, Berlín o Madrid, a través de transmisión sexual.
El tratamiento del virus del sida en estas personas coinfectadas se ha convertido en «el reto clínico más importante», dada la más rápida progresión de la hepatitis en un proceso de inmunodeficiencia. Así lo señaló ayer el experto alemán Jürgen Rockstroh.
Asimismo destacó que el tratamiento médico de estos enfermos ha mejorado notablemente en los últimos años y que se han desarrollado por primera vez medicamentos eficaces para tratar enfermos de hepatitis crónica por virus C que también son seropositivos.
Nuevo fármaco
Los expertos asistentes al Simposio de Sitges destacaron el trabajo de los laboratorios Roche y Trimeris, que han desarrollado un nuevo medicamento antirretroviral que funciona con un mecanismo de acción totalmente novedoso y que impide que el virus entre en la célula.
Los fármacos que había hasta el momento frenaban la reproducción del virus una vez que había infectado la célula. El doctor José María Gatell, jefe del Servicio de Infecciones del Hospital Clínico de Barcelona, señala en este sentido que «se trata de poner una goma en la cerradura para que la llave no pueda entrar».
Por el momento se han realizado varios estudios que muestran que los enfermos que habían recibido algún tratamiento previo y que habían logrado unas buenas respuestas virológicas e inmunológicas con 12 semanas de tratamiento con Fuzeon, como se denomina este fármaco, tenían una gran probabilidad de mantener y mejorar estas respuestas a lo largo de varias semanas.
Por ello constituye «una esperanza para muchos pacientes que han agotado otras vías de tratamiento», ya que los médicos eran «poco optimistas con respecto a la posibilidad de que algo nuevo les hiciera efecto», según ha señalado el doctor Santiago Moreno, jefe del servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.
Por otro lado el nuevo fármaco proporciona a los pacientes una mejor calidad de vida ya que, además de controlar el virus, como actúa antes de que el VIH entre en la célula, no tiene los efectos secundarios del resto de medicamentos de este tipo.