El secretario general de la FER, Emilio Abel de la Cruz, criticó hoy la Ley nacional anti-tabaco que entrará en vigor en enero del 2006, ya que «tal como se ha concebido no previene, sino que sólo castiga, a través de un régimen sancionador importante e impreciso, que deja muchas cuestiones a la interpretación de quien sancione». Abel de la Cruz aseguró que en su momento tanto la CEOE como CEPYME le hicieron llegar al Consejo Económico y Social Nacional su postura contraria a esta Ley.
El secretario general de los empresarios riojanos afirmó que para luchar contra el tabaco «hay que hacerlo desde la voluntariedad, ya que no se trata de un problema empresarial sino social». Por ello, sobre todo en una comunidad como La Rioja, con empresas pequeñas y medianas, la FER propone que «a través de la negociación colectiva, la voluntariedad y el diálogo entre trabajadores y empresarios, dada relación personal entre ambos, podrían adoptarse pautas» para combatir el tabaquismo en las empresas.
Abel de la Cruz indicó que la ley es «bastante irreal», ya que «prohibir taxativamente fumar en los centros de trabajo no se ajusta a la realidad empresarial». El secretario general de la patronal propuso que «al igual que otras leyes se van adaptando poco a poco a las empresas, se haga lo mismo con estas» y no que desde el próximo enero «ya entre en vigor con todas las consecuencias».
Abel de la Cruz reiteró el «caracter sancionador de la Ley» que tildó de «poco claro, mal redactado, y que deja en el aire cuestiones importantes de interpretación al amparo de quien sancione». Las multas que contempla la Ley son de 600 euros para las leves, de 600 a 10.000 euros las graves, y de 10.000 a 1 millón de euros las muy graves. Estas últimas «serían excesivas para cualquier pequeña empresa de la región», según Abel de la Cruz.
También señaló que se dan circunstancias «curiosas» en la Ley ya que se prohíbe fumar en los centros comerciales, pero los establecimientos de hostelería de más de 100 metros van a tener la posibilidad de tener una zona habilitada para fumadores, cuando resulta que los centros comerciales «tienen hostelería muchas veces superior a estos 100 metros». Abel de la Cruz apostó por «el carácter voluntario» a través de experiencias como la que realizó el Instituto de Seguridad e Higiene.
Precisamente dos responsables de esta institución intervinieron en la jornada «Tabaco y Trabajo» que se desarrolló en la Federación de Empresarios para indicar la repercusión que va a tener esta Ley en las empresas, y de paso «dar a conocer los proyectos desarrollados en este Instituto».
La técnica del Centro Nacional de Condiciones de Trabajo, Sofía Vega explicó que este organismo inició hace un año una experiencia para lograr «espacios sin humo». Para ello, se crearon grupos de trabajo, en los que participaron fumadores, no fumadores, directivos de esta institución. También se realizaron campañas de información y una encuesta para «analizar las pautas a seguir» por parte del Comité de Seguridad.
Tras ello se habilitó la zona de comedor «como zona de fumadores», algo que tendrán que «eliminar» a principios del próximo año una vez que entre en vigor la Ley. Posteriormente, evaluaron la experiencia determinando que la negociación de las diferentes pautas que siguieron fue determinante en el «éxito» de esta campaña. Entre otras cosas, lograron que el 30 por ciento de los fumadores dejaran de fumar, y sobre todo que «una vez que entre en vigor la Ley, la gente ya esté concienciada».
Por su parte la jefa del programa técnico, Dolores Solé, indicó que en La Rioja debido al carácter de las empresas «puede ser más fácil acordar» una serie de pautas a la hora de abordar esta lucha contra el tabaquismo.
También expresó que «más que prohibir hay que apoyar a los fumadores», bien a través de tratamientos, auto ayuda o por medio de productos farmacológicos, entre otros aspectos, para lograr que dejen de fumar.