El uso de la metadona entre drogadictos como estrategia para tratar las adicciones a los opiáceos ayudó a contener la epidemia de Sida en Cataluña, según han destacado varios expertos al presentar un Manual de Práctica Clínica del Tratamiento de Mantenimiento con Metadona.

El director general de salud Pública de la Generalitat, Antoni Plasencia, ha explicado hoy al presentar la obra que se ha visto que en los grupos de pacientes con tratamiento de metadona las cifras de seroprevalencia de nuevas infecciones de VIH, tuberculosis y hepatitis han disminuido respecto a los consumidores de heroína.

La metadona, además de contener el sida entre los heroinómanos, un colectivo que hasta hace poco era el número mayor de afectados por el VIH, ha servido además para vincular a la red sanitaria a los drogadictos que no podían estar en programas libres de drogas, y mostrarles la importancia de algunas medidas de prevención como el uso del preservativo en las relaciones sexuales.

Plasencia ha recordado cómo la metadona se tuvo que abrir camino hace 15 años frente a los programas libres de drogas, porque no todos los perfiles de los adictos podían estar con éxito en programas para dejar las drogas, y se hacía necesario dar una alternativa a estas personas para minimizar los daños de su drogadicción.

Según Plasencia, la puesta en marcha de programas de mantenimiento con metadona coincidió con la aparición del sida y las sobredosis, y el programa, además de reducir los daños de la heroína, ha tenido un importante papel sanitario porque ha evitado entre los drogadictos sobreinfecciones, además de mejorar el orden público porque evitaba a los drogodependientes delinquir para poder lograr la heroína.

Actualmente hay 60 centros de atención a toxicomanías en los que se administra metadona a unos 8.000 pacientes que están en estos programas, y se ha visto que la adherencia al tratamiento a los dos años es del 80%, y que en torno al 20% de los usuarios se aparta ocasionalmente de las drogas.

El manual, primero de este tipo que se elabora en España y uno de los pocos que hay en la literatura científica internacional, es obra de expertos en el tratamiento de drogadicciones y se repartirá a profesionales que trabajan en programas para minimizar los daños de personas drogodependientes que no son capaces de abandonar sus adicciones.