La venta de medicamentos a través de Internet se trata de un negocio en constante auge. Las facilidades de la venta on-line y las escasas penalizaciones para este tipo de prácticas son las causas del aumento de este negocio. Para restringir estas acciones, los expertos abogan por endurecer las sanciones y la creación de organismos como el Grupo de Trabajo Internacional contra la Falsificación de Productos Médicos de la OMS.

El doctor en Farmacia Álvaro Domínguez-Gil Hurlé alertó en una conferencia que tuvo lugar en el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia de que la venta de medicamentos a través de Internet va a más «porque es un negocio fácil e incluso no está tan penalizado como la droga».

En la conferencia «La venta de medicamentos por Internet y su negativa repercusión en la salud pública», el farmacéutico aseguró «que no se parará la venta a través de Internet, va a más. Habrá que plantearse si permitirlo es correcto o habrá que regular algunas cosas en Internet». Aun así, se mostró esperanzado con la creación de organismos como el Grupo de Trabajo Internacional contra la Falsificación de Productos Médicos (Impact) que la Organización Mundial de la Salud (OMS) impulsó hace un año.

Ésta es la primera vez que Álvaro Domínguez-Gil ofrece una conferencia de este tipo que está específicamente dirigida a los profesionales de farmacia. «Debemos ser conscientes de la problemática en la que estamos y tenemos que informar de los peligros de la venta fraudulenta de medicamentos. Para ello propongo que se incluya en los planes de estudio de las facultades de Farmacia y Medicina para que la gente sea consciente de este problema» indicó.

La mayoría de los medicamentos falsos que se comercializan en España entran por Rusia y los países del Este, así como China o la India, seguidos de América del Sur. El problema, según el experto, «va más allá que la imitación de marcas comerciales o el ‘top manta’, ya que estamos ante lo que puede ser un grave problema de salud, de gente que puede llegar a morir».

Por otro lado, el farmacéutico alertó sobre la posibilidad de que «la entrada de medicamentos falsos venga por las propias farmacias, ya que se está complicando tanto la rentabilidad de las farmacias que se puede perder el concepto sanitario». Así, explicó que «el problema está en que te oferten un lote de medicamentos con el beneficio del 50 por ciento. Si una persona no es consciente de la problemática que hay se puede apuntar a ese carro»

Álvaro Domínguez-Gil lleva muchos años trabajando sobre la falsificación y la venta fraudulenta de medicamentos on line. Ya en el año 2000 comprobó que había un problema sobre todo en países latinoamericanos, en los que se vendían constantemente medicamentos falsos. Asegura que en estos últimos años el boom ha sido imparable, como lo demuestran las operaciones Brujo, Bermudas, Escolapio, Dinamita o Puerto realizadas por la Guardia Civil y la Policía Nacional y en las que se han incautado de multitud de preparados, principalmente anabolizantes y fármacos contra la disfunción eréctil.

Ley del Medicamento

La conferencia abordó la nueva Ley del Medicamento, una ley «que se aprobó sin bombo ni platillo porque tenía partes oscuras». Domínguez-Gil criticó la norma: «Siempre me ha llamado la atención en este problema cómo se puede legislar tan alegremente si se piensa en lo que está ocurriendo en EEUU. Además, aquí se ha modificado la ley diciendo que se pueden comprar medicamentos a través de Internet, pero tienes que ir a la farmacia a por ellos. Me parece absurdo, pero así está la ley ahora».

En este sentido, aseguró que «aquí hay gato encerrado, que no se quiere decir pero se dice». En su opinión, «detrás habrá posiblemente grupos económicos que quieren facturar por la vía de Internet, sea lo que sea». El experto cuestiona «cómo el legislador europeo no pensó en la problemática de las consecuencias. Cuando en EEUU se está intentando regular, en Europa abren la mano».

La conferencia terminó con la presentación de fotografías de laboratorios clandestinos en sótanos; de falsificaciones burdas que se notan porque el tapón es diferente, en la tonalidad de las cajas o el lugar de la fecha de caducidad.