Macrobotellones estudiantiles y celebraciones navideñas con copas de por medio. Ángel Velasco, presidente de la Asociación Vallisoletana de Alcohólicos Rehabilitados y de la Federación Nacional de este colectivo, abandonó la bebida hace una treintena de años y alerta de sus peligros.
Hay en Valladolid al menos cuatro asociaciones de ayuda a los alcohólicos y ex alcohólicos. ¿Tan difícil es aunar esfuerzos?
– Que haya varias asociaciones tiene su atractivo. Hay enfermos que si en una asociación no les va bien la rehabilitación tienen la opción de ir a otra. Lo que importa es que el enfermo se recupere.
¿Ejerce AVAR de Pepito Grillo contra el problema del alcoholismo?
– Nuestro papel es la captación de enfermos y el apoyo al proceso de rehabilitación del alcohólico y a su familia. También hacemos trabajo de prevención informando de los peligros del alcohol. A la sociedad el alcohol no le da miedo, porque se considera como un producto de consumo, no como lo que es, una droga, y la sociedad sólo se defiende cuando algo le da miedo.
El alcoholismo es una enfermedad, pero buena parte de la sociedad lo ve como un vicio. ¿Seguimos como hace 30 años?
– Antes al alcohólico se le perseguía, a la mujer alcohólica se la identificaba como prostituta. Sí, hemos mejorado, pero aún quedan reminiscencias del pasado.
Oiga, y dónde están los medios y los programas de prevención de esa enfermedad.
– Las medidas de prevención deberían empezar en los colegios, y nos consta que la Junta está haciendo hincapié en ello.
¿Tan malo es beber?
– Es la droga más importante en España, la que más daño hace. Conduce a embarazos no deseados, a peleas callejeras, a alteraciones del orden público, a malos tratos, y es la que más muertes provoca, porque mata en accidentes de tráfico incluso a aquellos que no son alcohólicos.
¿Cómo resiste un ex alcohólico la tentación en las fiestas navideñas?
– Una vez rehabilitado, la abstinencia no es un castigo, es una liberación. Aunque en la primera época de alcohólico rehabilitado cuesta adaptarte a la nueva vida.
¿Con qué brinda usted en Nochevieja, o no brinda?
– Normalmente con Bitter Kas, sin alcohol. También recuerdo haber brindado con agua.
«Dale una copa hoy y tendrás un alcohólico mañana». ¿Tan serio es el problema entre la juventud?
– Es gravísimo. Hoy los jóvenes empiezan a beber para colocarse, para alcanzar el «punto», y cada vez necesitan más dosis para llegar a ese punto. Cuando se quieren dar cuenta se han convertido en alcohólicos. Un 20% de los jóvenes que empiezan tempranamente con el consumo excesivo de alcohol se convierten con los años en alcohólicos.
¿Cómo acabamos con el botellón?
– Hay que consensuar leyes que limiten el consumo, y después hacerlas cumplir, y además hay que educar. La combinación de ambas cosas es lo adecuado. ¿De qué sirve prohibirlo si luego se sigue consumiendo en la calle?