El Consell desarrollará este año un programa de atención a las personas que sufren un trastorno de dependencia al juego (ludopatía) y a las pantallas, esto es, a internet, juegos de ordenador, móvil o videoconsolas.

Así lo afirmó ayer el presidente insular, Marc Pons, en el marco de la renovación del convenio para la prevención de la drogodependencia que desde el 2002 suscribe con la conselleria de Salut i Consum del Govern. La firma del convenio se celebró en el centro polivalente Sa Platja Gran de Ciutadella y asistieron, además del presidente, el conseller balear de Salut, Vicenç Thomàs, y el conseller insular de Ciutadania i Família, Esteve Ferrer.

Éste explicó que, desde 2008, han atendido varias consultas informativas en cuanto a la dependencia al juego. «Será a partir de este año cuando comencemos a atender más casos y no sólo de personas adictas al juego, sino también a las que tienen una adicción a las pantallas», dijo.

Más fondos

Esto será posible ya que, este año, el convenio duplica la dotación económica que ha venido recibiendo otros años. Así, en lugar de los 65.000 euros anuales que el Consell recibía para este fin, percibirá 129.635, casi el doble. Por ello, el Consell podrá ampliar las acciones contra las drogas de manera cualitativa y cuantitativa, y ofrecer un servicio mejor a los ciudadanos. «Se trata de un acuerdo muy importante, ya que desde el 2002 veníamos recibiendo la misma cuantía», dijo Ferrer.

La prestación, no obstante, continúa siendo deficitaria, y así lo manifestó Marc Pons durante la reunión, a lo que Ferrer añadió que «este servicio nos cuesta alrededor de 400.000 euros al año, y hasta ahora sólo recibíamos 65.000 euros del Govern. Del resto nos ecargábamos nosotros», explicó.

El Consell desarrolla iniciativas para prevenir de la drogodependencia, pero también atiende a los que sufren adicción a las drogas. El servicio más costoso es el suministro de metadona. En el resto de las Balears, es el IB-Salut quien lo asume. Pero en Menorca, históricamente, se ha encargado el Consell.

Alaior será la ciudad menorquina que participe en el programa Thao, una iniciativa estatal para prevenir la obesidad en niños de tres a doce años. El conseller de salut i Consum del Govern, Vicenç Thomàs, acudió ayer a la ciudad para firmar el acuerdo con el alcalde de Alaior, Pau Morlà. Con la firma del documento, la ciudad se compromete a participar en el programa y a promover unos hábitos de alimentación y estilo de vida saludables, para lo que implicará a toda la comunidad y, en especial, a los principales agentes que están en contacto con los niños, como profesores, padres o médicos.

Se trata de un plan de actuaciones permanentes que tendrá una duración de cuatro años, y en el que participan 32 municipios españoles de 7 Comunidades Autónomas. Se desarrollarán divertidas actividades que motiven a los más pequeños a comer sano y a participar en actividades deportivas y de ocio, como prepara deliciosas verduras, participar en juegos premiados con frutas o asistir a obras de teatro en las que los personajes son peras, o zanahorias.

Los datos del Índice de Masa Corporal (IMC) de los pequeños serán estudiados por un grupo de científicos coordinado por la Fundación Española de la Nutrición, con la que colaboran varias universidades españolas. Los responsables del programa Thao esperan poder convertirlo, a medio plazo, en un estudio de referencia en España y Europa en cuanto a la obesidad infantil y su prevención.

El conseller de Salut i Consum, Vicenç Thomàs, explicó ayer que el Pla d Infraestructures de este año no prevé la construcción de un nuevo centro de salud en Ciutadella. No obstante, aclaró que la dirección general de Planificació sigue de cerca la evolución de la demanda de los centros sanitarios.

Thomàs subrayó que cualquier necesidad emergente en materia de Sanidad será atendida. El conseller ejemplificó este seguimiento recordando que el IB-Salut ha asumido la hemodiálisis de Ciutadella, tras reiterados problemas con la empresa que prestaba el servicio. «De momento veremos cómo evoluciona la demada y en función de ello tomaremos la decisión pertinente, ya sea ampliar el centro o construir uno nuevo», dijo.

El conseller recordó que el hospital Mateu Orfila tiene una tasa media de ocupación de camas de 63 por ciento, cuando el índice habitual suele oscilar entre el 85 y el 95 por ciento.