Durante años, Virginia Tech tuvo un complicado sistema para decidir cuándo informar a los padres sobre las transgresiones vinculadas con la ingestión de alcohol de sus hijos menores de edad: visitas al hospital o a la policía exigían la notificación inmediata. Pero mamá y papá no tenían que enterarse de problemas menores, como llevar una caja de cerveza al dormitorio, a menos que sucediera más de una vez.
Pero este semestre Virginia Tech se ha unido a una lista cada vez mayor de universidades que informan a los padres cuando los alumnos menores de 21 años son sorprendidos bebiendo alcohol o en posesión de bebidas alcohólicas.
Aunque las leyes de privacidad impiden a las autoridades universitarias comunicarse con los padres sobre pocos temas más allá de pagar la matrícula, las preocupaciones sobre las lesiones y muertes relacionadas con el alcohol, el aumento del alcoholismo en los recintos universitarios y las demandas han llevado las autoridades a pedir ayuda a los padres. Varios estudios muestran que los padres pueden tener una gran influencia en los hábitos de sus hijos.
«A los estudiantes les preocupa más que se informe a sus padres que de las consecuencias jurídicas», dijo Edward Spencer, vicepresidente de Asuntos Estudiantiles de Virginia Tech.
Durante más de una década, las universidades han tenido la autoridad jurídica para hacer tales notificaciones, pero muchas toman la decisión según el caso y sólo en los incidentes más serios. Otras sólo emiten notificaciones en caso de delitos de drogas.
La Universidad de Delaware implementó a finales de los años 90 una norma de notificar todos los incidentes. Las autoridades universitarias dicen que la norma, acompañada de fuertes penalidades por los incidentes agresivos con alcohol, ha reducido el alcoholismo en el recinto y atemperado la reputación de la escuela como un lugar donde se bebía sin parar.
Aproximadamente al mismo tiempo, la Universidad George Washington, en Washington, implementó una norma similar. En 1999 la Universidad Texas A&M y la Universidad de Ohio siguieron el mismo ejemplo, al igual que la Universidad Católica en el 2000.
En los últimos cinco años, varias universidades se han integrado a la lista, como la Universidad de Georgia en el 2006 y la Universidad de Nuevo México en el 2007. En el 2008, Tennessee impuso una ley estatal que exige a las instituciones universitarias públicas que notifiquen a los padres sobre todas las infracciones vinculadas con el alcohol.
Pero el abuso del alcohol se ha agravado en las universidades, según investigadores del Instituto Nacional sobre el Alcoholismo. Entre 1998 y el 2005, el índice de ingestión exagerada de alcohol aumentó, más estudiantes condujeron ebrios y el número de muertes por esta causa aumentó de 1,440 a 1,825.
«El problema no ha mejorado, pero creo que puede controlarse», dijo Ralph Hingson, director de Epidemiología e Investigaciones de Prevención del instituto, con sede en Bethesda, Maryland. «La intervención en niveles múltiples tiene efecto».
Virginia Tech ha sido una de las más estrictas a la hora de implementar sanciones relacionadas con el alcohol en la región, incluyendo una política de tres faltas: dos para las ofensas más graves y una para las menores. Los estudiantes que alcanzan tres faltas durante sus carreras universitarias se les suspende durante un semestre.
La universidad decidió cambiar su política de notificación porque funcionarios recibieron quejas de los padres que querían saber si su hijo tenía un problema con el alcohol antes de que se convirtiera en un problema serio. La política también aplica para las drogas ilegales, incluyendo la marihuana aunque los estudiantes que se les encuentra cualquier dr0ga casi siempre son suspendidos.
La ley federal de Derechos de la Familia y Privacidad en la Educación, de 1974, prohíbe a la mayoría de las universidades que compartan la mayoría de la información de los estudiantes, pero sí les permite contactar a los padres si la salud del alumno corre peligro. En 1998, la ley se enmendó para dar a las universidades autorización para notificar a los padres en cualquier momento que un alumno menor del 21 años sea sorprendido bebiendo alcohol o usando drogas.
La ley fue presentada por el entonces senador John Warner después que cinco estudiantes de Virginia fallecieron en incidentes relacionados con el alcohol en el otoño de 1997, lo que provocó una investigación estatal. Tres eran alumnos de Virginia Tech que fallecieron en incidentes separados durante el fin de semana de Halloween.
Las muertes en otros recintos también han provocado cambios rápidos en las normas universitarias, y algunas veces han llevado a demandas. En el 2000, el Instituto Tecnológico de Massachusetts pagó $6 millones en una demanda presentada por los padres de un alumno de primer año que murió de envenenamiento por alcohol después de una fiesta en 1997.
El año pasado, un alumno de primer año de la Universidad de Kansas falleció por la misma causa dos semanas después de ser expulsado del albergue del recinto por infracciones relacionadas con el alcohol que no se habían informado a sus padres. A los pocos meses, la universidad comenzó a informar a los padres de las infracciones serias o repetidas en materia de alcohol.
Pero la implementación de estas notificaciones es un acto de equilibrio. Las autoridades universitarias afirman que desean proteger a los alumnos a la vez que los alientan a desarrollar una independencia responsable.