No hay un único patrón en el consumo de cocaína. A diferencia de la heroína, que «engancha» de forma rápida a la mayoría de las personas que se aventuran a probarla, la cocaína produce hasta cuatro tipos diferentes de perfiles de consumo. Así lo explicó ayer Francisco Luque, director del Centro Provincial de Drogodependencias (CPD), un organismo dependiente de la Diputación Provincial que lleva décadas trabajando en la recuperación de toxicómanos.

Según Luque, hay consumidores que han tomado en ocasiones cocaína de forma experimental, sin llegar a nada más. El segundo grupo estaría formado por personas que presentan un patrón de consumo «recreativo», y que esnifan en ocasiones que consideran especiales: «Fin de año, una despedida de soltero, un partido determinado… Pueden consumir cuatro o cinco veces al año. Se mantienen perfectamente en ese tipo de consumo y no van a más».

El tercer grupo responde al perfil que más demanda iniciar un tratamiento de deshabituación en alguno de los centros y que entraría en un patrón de consumo abusivo: «Suelen consumir los fines de semana y se descontrolan, para volver luego al día a día», explica Luque. El director del CPD añade que, aunque se pueden mantener tiempo en este tipo de patrón, suelen tener problemas económicos y luego laborales: «Después del fin de semana están hechos polvo y no funcionan bien. Sobreviene el bajón de la cocaína y la depresión».

Falta de control

Por último, los expertos identifican un cuarto perfil, que responde a un uso compulsivo de la cocaína que se produce casi de forma inmediata al inicio en su consumo: «Entran rápidamente en un patrón de dependencia con pérdida de control. Sólo piensan en consumir y se gastan lo que no tienen en cocaína».

El porqué unas personas presentan un patrón de abuso sin pasar a más, mientras otras caen de forma inmediata en la compulsión centra una investigación que se desarrolla en Málaga y en la que van a participar usuarios del CPD: «Se ha experimentado con animales y se ha visto que también presentan estos dos patrones. Se han identificado unos marcadores biológicos y ahora los van a aplicar a humanos para ver si explican la diferencia de comportamiento», explica Luque.