La Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) comenzó ayer un debate sobre un plan regional de lucha contra el narcotráfico en El Salvador, donde Honduras volvió a acaparar la atención, cinco días después de volver al foro tras casi dos años de suspensión.

La primera sesión plenaria de la 41 Asamblea fue inaugurada por el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, en el centro internacional de ferias de la capital salvadoreña.

El tema central de la reunión es la seguridad, pero Honduras, readmitida la semana pasada a la OEA tras casi dos años de suspensión por el golpe de Estado de junio de 2009, amenazaba con robar la atención, con la visita de su presidente, Porfirio Lobo, que viene a agradecer la readmisión de su país.

La OEA quiere sentar las bases de un plan regional de seguridad que coordine mejor los esfuerzos contra el crimen organizado, un aspecto que ha impulsado con fuerza América Central, la región del mundo que tiene los más altos índices de violencia, según cifras de la ONU.

POCA COOPERACIÓN DE EEUU El ministro hondureño Álvarez pidió mayor cooperación en la lucha antinarcóticos a Estados Unidos, el principal consumidor de drogas, al afirmar que hasta ahora ha sido «muy pequeña».

Estados Unidos mantiene un programa de seguridad para América Central con un presupuesto de 260 millones de dólares. Insulza ha señalado su deseo de que de esta Asamblea salgan respuestas concretas al crimen transnacional.

Otros temas que debatirán los cancilleres serán el reclamo de Bolivia a Chile de una salida al mar y el conflicto de Argentina y Reino Unido por las islas Malvinas.

El canciller chileno, Alfredo Moreno, insistió sin embargo en que el diferendo con Bolivia debe ser resuelto en forma «bilateral». «Es lo que corresponde, sólo Chile y Bolivia pueden resolver este problema», dijo el domingo.

El presidente salvadoreño, Mauricio Funes, inauguró la noche del domingo esta Asamblea, cuando pidió que la OEA reformara su Carta Democrática Interamericana para crear «alertas tempranas» en caso de amenazas a la institucionalidad de algún país, tras la lección en Honduras.