El Fondo de Promoción al Desarrollo (FONPRODE) tiene previsto aprobar, en su reunión del próximo lunes 30 de julio, una contribución de diez millones de euros al Fondo Global de la lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, según ha anunciado el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.
La decisión, que ya había sido adelantada a los receptores, estaba a la espera del cierre de los Presupuestos Generales del Estado 2012 así como a la reunión del comité del FONPRODE, que se producirá tras la conclusión de la XIX Conferencia Mundial del Sida que estos días se celebra en Washington (EEUU).
Con esta contribución, el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación retoma las ayudas a este fondo «que expresa la prioridad que la cooperación española otorga a las cuestiones de mayor impacto, como son los servicios sociales básicos y la ayuda a los más necesitados», destaca el departamento que dirige José Manuel García-Margallo en un comunicado.
España pretende paliar en parte la situación de grave riesgo para la salud en la que se encontraban más de 200.000 personas identificadas por el Fondo Global de la lucha contra el sida por la suspensión, en ejercicios anteriores, de las contribuciones a este fondo.
De hecho, España suspendió en febrero de 2011 sus ayudas a este organismo por las sospechas de corrupción surgidas en el reparto de fondos en algunos países africanos, como Mali, Mauritania y Zambia. Una vez limpiadas las sospechas de malversación de fondos, España restablece sus ayudas, aunque a un nivel mucho más bajo que antes; con apenas un 8% de los fondos que aportaba antes de esta crisis.
Precisamente, varias ONG han criticado que esta aportación no está a la altura y es insuficiente. Médicos Sin Fronteras la ha tachado de «exageradamente baja», mientras que la Fundación Salud por Derecho ha señalado que «la aportacio´n es tan escasa que su impacto será muy limitado».
Estas organizaciones recuerdan el ambicioso objetivo que se está manejando estos días en Washington de acabar con el VIH en una generación, y advierten que España debería «estar a la altura» del reto. Por ejemplo, Onusida ha señalado que aumentar el tratamiento antirretroviral a 15 millones de personas en 2015 (en la actualidad lo reciben ocho millones) podría prevenir 12 millones de nuevas infecciones.