Enganchados al alcohol, la heroína, la cocaína e incluso al cannabis. Así viven diariamente, al menos, 4.300 asturianos. Son las personas que, conscientes de su adicción, han decidido solicitar ayuda médica y se han puesto en manos de los especialistas sanitarios de la comunidad autónoma.

Los datos, facilitados por la Consejería de Salud y Servicios Sanitarios, permiten confirmar tendencias. La primera es que ya son más los pacientes que reclaman apoyos para dejar el alcohol que los que piden ayuda para salir de la heroína. La evolución de los últimos cinco años revela un aumento de los usuarios que requieren asistencia para desengancharse del alcohol y un descenso, aunque pequeño, de quienes se acercan a los servicios asistenciales para abandonar la heroína. Las cifras absolutas apuntan que, durante el 2004, algo más de 2.000 asturianos se acercaron hasta los centros de salud mental por problemas con la bebida. Ese mismo año, cerca de 1.500 adictos a los opiáceos reclamaron también asistencia especializada.

Los datos facilitados por el Principado, que toman como base las consultas de salud mental, permiten trazar también la tendencia de la demanda asistencial por sustancias. Así, en los últimos años, y por insistir con el alcohol, se han estabilizado las primeras demandas de tratamiento, aunque ha aumentado el número de retornos. Salud recuerda que el alcoholismo es una patología crónica que provoca recaídas por lo que los pacientes vuelven a solicitar ayuda con bastante frecuencia.

La tendencia con la heroína es muy diferente. En los últimos años, se ha producido en Asturias un descenso evidente de las primeras consultas lo que, en opinión de la Administración, lleva a pensar que ha decrecido de forma significativa el número de personas que se inician en los opiáceos. El Servicio de Salud revela que, en la actualidad, buena parte de los usuarios de heroína participan también de programas de mantenimiento con metadona. Este hecho explica una aumento en los tiempos de tratamiento con relación a otras sustancias. Así, los opioides son las drogas que generan mayor duración en la atención, bien por las consecuencias sobre la salud de los usuarios o bien por la elevada retención de los tratamientos.

La cocaína es, con todo, la sustancia que más crece. El aumento gradual de las consultas es manifiesto entre los años 2000 y 2003. La tendencia parece cambiar un poco en el año 2004. En apenas un quinquenio casi medio millar de personas solicitaron ayuda a los centros de salud mental para abandonar la adicción a la cocaína.

El cannabis, por último, apenas genera demandas de atención en la comunidad autónoma. Las alertas del Ministerio de Sanidad sobre los efectos del abuso de esta sustancia todavía no se notan en los servicios asistenciales. El Sespa, que contabilizó 125 usuarios durante el 2004, advierte, sin embargo, de que estas mismas personas podrían consumir también otro tipo de sustancias.