Los castellonenses siguen fumando prácticamente lo mismo con o sin Ley Antitabaco. La provincia recaudó 154.319.842 euros durante el pasado año por la venta de cigarrillos, según los datos publicados por el Comisionado para el Mercado de Tabacos, lo que supone un incremento en la recaudación de 17,1 millones respecto a las ventas de 2006, primer año de aplicación de la Ley 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco.

El aumento de la recaudación se explica por el incremento de los precios de venta al público del tabaco y por el aumento de la población.

Sin embargo, la ratio de consumo de cigarrillos por habitante confirma que la Ley Antitabaco no ha servido para frenar el consumo, que se mantiene más o menos en los mismos niveles que antes de que se aprobara la normativa que impide fumar en determinados establecimientos y en todos los lugares de trabajo.

Así, cada uno de los 559.761 castellonenses empadronados a 1 de enero de 2006 -primer año de aplicación de la legislación antitabaco- fumó una media de 109,6 cigarrillos ese año. La ratio de cigarros por habitante registró un descenso en 2007, pero apenas significativo: cada habitante de la provincia se fumó, como media anual, 108 cigarrillos.

El resto de productos relacionados con el tabaco (cigarros puros, tabaco para liar y el de pipa) elevaron la recaudación durante el pasado ejercicio a algo más de 160 millones de euros. Para que nos hagamos una idea de lo que gastan los castellonenses en tabaco, sólo basta con hacer algunas comparaciones: el dinero que se fuman los castellonenses casi duplica al presupuesto de la Universitat Jaume I para el ejercicio de 2008, que asciende a 93,7 millones de euros.

Aplicación «positiva»

Por su parte, el presidente de la Asociación Valenciana para la Prevención, Control y Tratamiento del Tabaquismo Azahar de Castellón, Ahmad Khalaf, valoró ayer positivamente los resultados de la aplicación de la Ley Antitabaco. Así, afirmó que la ley «ha mejorado la situación», ya que ha sido «muy positiva en aspectos importantes, como la prohibición de la publicidad y la promoción, el control del humo del tabaco en espacios públicos y la lucha por acabar con las diferencias de género en el tema del tabaquismo».

Según Khalaf, «el espíritu de la ley no es que las personas dejen de fumar, sino instaurar medidas de control y regulación que ayudarían a los consumidores a replantearse el tema».

El doctor explicó que el tabaquismo ya presentaba una tendencia a la baja antes del 1 de enero de 2006, fecha en que entró en vigor la aplicación de la Ley Antitabaco. Así, señaló que los datos reflejados en una encuesta realizada en 2005 evidencian que a nivel nacional se ha bajado globalmente seis puntos en número de fumadores, pasando de ser el 37% de la población en 2001 al 31% en 2005. Además, los resultados del estudio también reflejan una disminución de la prevalencia de consumidores en todos los grupos de población, excepto en las mujeres de más de 45 años, en el que ha aumentado.

En este sentido, el presidente de la Asociación Valenciana para la Prevención, Control y Tratamiento del Tabaquismo Azahar de Castellón recordó que en países como EE.UU. la primera causa de muerte es el cáncer de pulmón, y calificó el tabaquismo de «violencia estructural», causante de la muerte de 56.00 españoles al año.

Según Khalaf, «el tabaco limita la calidad de vida, manipula al menor y económicamente la industria tabacalera no es ética». «No se puede permitir un producto que mata anualmente a seis millones de personas a nivel mundial», lamentó el profesional de la salud.

Ante las elecciones generales de hoy, domingo día 9 de marzo, el doctor pidió al Gobierno que salga de las urnas «replantear el tema de ampliar el consenso de nuevo entre los partidos políticos y la sociedad sobre los espacios públicos y hacer cumplir la ley durante la próxima legislatura».

«Seguimos permitiendo que adolescentes menores de 14 años se inicien en el tabaquismo. Es decir, la sociedad está fabricando a futuros enfermos crónicos, muchos de los cuales acabarán en los hospitales por causas relacionadas con el tabaco», apuntó Khalaf. Además, hizo hincapié en que los jóvenes se inician a una edad cada vez más temprana y consumen otros tipos de drogas, como la marihuana.

El doctor concluyó reivindicando actuaciones sobre el producto, y no solamente sobre las consecuencias. Un pulso entre el tabaco y la sociedad que todavía no tiene ganador.