Muchos de estos campamentos están cargados con una atmósfera militar, y a los pacientes se les obliga a reemplazar las horas que pasaban delante del ordenador con unas tareas físicas muy duras o incluso con «tratamientos» más extremos. «Cuando intervenimos para impedir el uso inadecuado de Internet, deberíamos (…) prohibir de manera estricta la restricción de la libertad y los castigos físicos», indica el Ministerio en un borrador de la guía para el uso de Internet por los menores, publicado en su página web.

En este borrador, según informa Europa Press, el Ministerio ha retirado el término «adicción a Internet», muy utilizado anteriormente en documentos ministeriales, quizás en un intento para calmar a los padres preocupados que han alimentado estos negocios para impedir que sus hijos adolescentes pasen demasiadas horas en la red.

La muerte el pasado mes de agosto del adolescente de 15 años Deng Senshan, sólo unas horas después de que pasara la revisión en un campamento en la región de Guangxi, en el suroeste, provocó una tormenta mediática en China. Varios días después, otro adolescente, Pu Liang, fue trasladado a un hospital con agua en sus pulmones y un fallo renal después de sufrir un ataque similar en la provincia de Sichuan.

El Gobierno ya había prohibido el pasado mes de julio la terapia de electro-shock como forma de combatir la adicción a Internet, después de que los medios de comunicación informaran sobre un psiquiatra bastante controvertido que administraba estas descargas eléctricas a unos 3.000 adolescentes. La última guía sugiere que los responsables de Pekín no creen que aquellas personas que tienen «malos hábitos» a la hora de conectarse deban ser obligadas a estar sin Internet de manera permanente. «El objetivo de esta medida es (…), pedir a estas personas que utilicen Internet de una forma sana», señala el documento. «No significa que se les vaya a impedir navegar por la red», añade.