El consumo de esta sustancia se sitúa a niveles anteriores a la prohibición de fumar en los bares, puesto que un 34% de los españoles y un 24% de los catalanes fuma a diario

Carlos (Barcelona) tenía 15 años cuando se encendió su primer cigarrillo y le dio una calada: «Lo hice para impresionar a una chica que me gustaba». No sería hasta los 17 que se fumó uno entero, coincidiendo con un evento social juvenil en el que participaba.

Ahora tiene 22 y consume tabaco con regularidad, aunque con una frecuencia baja.Muy parecida es la historia de Víctor (Badalona), que con 17 años se fue a la playa con un amigo y este le ofreció un cigarro: «Al cabo de unos días volvimos a quedar y me invitó a otro piti. Como me sabía mal, al final me compré un paquete». Al empezar la universidad empezó a fumar a diario y ahora, con 23 años, consume una medía de ocho o nueve cigarros: «Cuando empecé a fumar más, me pasé al tabaco de liar».

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