Un informe internacional y el subjefe de la Divisió d’Investigació Criminal subrayan el impacto del confinamiento en el mercado negro de estupefacientes

Si la pandemia de coronavirus ha puesto contra las cuerdas la economía, cómo no iba a poner en aprietos al tráfico de drogas. Sin distinciones entre clases sociales, desde el camello que ocupa el escalón más humilde al narco que reina desde lo alto de la cadena trófica que rige el gremio, los traficantes han tenido que adaptarse a una limitación de movimientos que ha detenido el mercado.

El intendente Ramón Chacón, subjefe de la Divisió d’Investigació Criminal (DIC) de los Mossos d’Esquadra, en la segunda parte de la entrevista concedida a EL PERIÓDICO a propósito del artículo ‘Crime and contagion. The impact of a pandemic on a organized crime’ de Global Initiative, avanza que los grupos criminales, en mayor o menor medida, están haciendo «estoc» de droga. A gran escala, el confinamiento ha parado tanto la exportación de marihuana como la importación de heroína y de cocaína. Una tendencia que coincide con la diagnosticada por el citado informe internacional, que mantiene que las vías de suministro de los países confinados se han interrumpido.

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