Laso, que participa en el XXVII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna, aseguró que el objetivo de este grupo es «integrar a los especialistas de esta área, promover unidades de alcohología en el ámbito hospitalario de la medicina interna y colaborar en la enseñanza del postgrado y en atención primaria».

Además, pretenden convocar «reuniones científicas y sobre todo mejorar las relaciones con las instituciones públicas que son las que pueden hacernos caso», según explicó, ya que consideran necesario «lamar a su puerta teniendo detrás una sociedad científica porque si no son experiencias estériles».

Javier Laso lamentó que el alcoholismo haya sido considerado tradicionalmente como el «patito feo de la medicina interna» y reclamó que «empiece a ser una prioridad», ya que es uno de los problemas «sociosanitarios más acuciantes y persistentes de nuestro país, únicamente precedido por el tabaquismo».

Este médico aseguró que lo prioritario es «detectarlo precozmente y para ello debemos pensar en colaborar con Atención Primaria», ya que «la mitad de los sujetos con problemas por abuso del alcohol son reconocidos como tales por el médico general».

El responsable de la Unidad de Alcoholismo consideró que esa circunstancia puede estar motivada por «la frecuente mentalidad de usuario que tiene el médico y por las graves carencias que existen en la formación de pregrado y postgrado en las facultades, en los colegios profesionales y las sociedades científicas».

Además, abogó por dejar de tratar al alcoholismo como una enfermedad «exclusiva del ámbito psiquiátrico y psicológico, aunque su participación es básica».

Javier Laso también criticó la práctica del «botellón» ya que «la edad de inicio de consumo de alcohol se va rebajando cada vez más» y «contribuye al inicio, al desarrollo y al mantenimiento de lo que se llama abusador del alcohol».

Este catedrático de Medicina de la Universidad de Salamanca también denunció como error «el intentar exaltar las posibles buenas cualidades que tiene el alcohol en el contexto de la prevención, que son ciertas porque hay estudios que demuestran que pequeñas dosis de alcohol son beneficiosas como protector, pero no se puede promover con ello el consumo de alcohol en personas que no beben, como si fuera un medicamento».

Laso denunció que «gran parte de los casos de violencia doméstica están ligados al alcoholismo, más que a otras drogas».

Además, destacó la estadística que señala que «en los accidentes mortales de tráfico, el 30 por ciento de los conductores que mueren tienen una alcoholemia superior al 0,5 pero también el 30 por ciento de los transeúntes que son atropellados tienen una tasa superior de alcohol al 0,5».