El 42 por ciento de los consumidores de cannabis (hachís y marihuana) considera que el uso de esta droga no es perjudicial y el 10 por ciento califica sus efectos de «estupendos», según un estudio elaborado por el Centro Provincial de Drogodependencias dependiente de la Diputación.

Los resultados del informe fueron presentados hoy por la vicepresidenta de la Diputación, Juana María Rodríguez, y el director de centro, Antonio Torres, quienes alertaron de que la edad de inicio en el consumo ha bajando de los 16 a los 13 años y que cada vez son más los jóvenes que fuman porros.

El estudio se basa en el análisis de 88 de los participantes en el Programa de Atención a personas Consumidores de Cannabis en 2004, que abarca tanto a personas que acuden al centro sólo para que se les quite la sanción económica impuesta por ser sorprendidos consumiendo o en posesión de la droga, como aquellos que se acercan para ser tratados por uso habitual.

El principal objetivo del programa es ofrecer una información «veraz y objetiva» sobre el consumo del hachís o la marihuana, ya que muchos jóvenes y sus padres tienen un imagen «bastante positiva» de esta droga, de la que piensan que tiene más efectos positivos que negativos, a pesar de que hay estudios que señalan que su uso continuado afecta a la memoria y concentración y puede acelerar el desarrollo de enfermedades mentales.

Así, según el informe, frente a un 11 por ciento de los usuarios que considera que el consumo de cannabis es perjudicial, hay un 42 por ciento que cree que no es malo, un 19 por ciento que pide su legalización y un 10 por ciento que califica sus efectos de «estupendos».

Sin embargo, cuestionados sobre las consecuencias negativas de los porros, el 43 por ciento mencionó transtornos psíquicos (problemas de memoria o concentración) y el 22 por ciento enfermedades físicas, mientras que sólo un 12 por ciento dijo que un consumo bajo no conlleva consecuencias.

El informe recoge también los motivos que alegan los consumidores para no dejar de usar cannabis, y en este sentido, un 32 por ciento no lo deja porque no ve problemas en su consumo y un 31 por ciento porque le gusta, frente a un 31 por ciento que «no sabe o no contesta».

El 90 por ciento de los participantes aseguró que podría dejar de consumir si quisiera y el 54 explicó que acudía al programa para obtener información.

Preguntados por la frecuencia del consumo, el 47 por ciento dijo que lo hace a diario y el 27 por ciento aseguró hacerlo sólo durante los fines de semana.

En cuanto a los motivos por el que usan esta droga, el 58 por ciento contestó que por sus efectos, el 26 por ciento porque les relaja y el 12 por ciento por la presión de sus amigos.

Rodríguez explicó que el perfil sociodemográfico de los participantes en el programa es el de jóvenes de entre 18 y 25 años, solteros, estudiantes o trabajadores en activo que compatibilizan su actividad profesional o académica con el consumo de cannabis, y que utilizan su tiempo libre a cosas propias de su edad (deporte, música, cine, estar con los amigos, etcétera).

Añadió que, según el estudio, parece que el cannabis abre la puerta al consumo de otras drogas y que los jóvenes y sus padres lo comparan con la ingesta de alcohol o tabaco, hasta el punto de que algunos lo consideran más saludable que el tabaco.

Del total de participantes, un 67 por ciento lo finalizó con éxito y un 30 por ciento lo abandonó, mientras que el 3 por ciento los suspendió debido a que se detectó que siguió consumiendo cannabis.

La diputada destacó que sólo un 14 por ciento eran mujeres, bajo porcentaje que se debe a que ellas corren menos riesgos de ser sancionadas, ya que no suelen ir a comprar y tiene menos probabilidades de ser cacheadas por los agentes.