Hombre, mediada la treintena, en paro, enfermo y policonsumidor. Éste es el «retrato-robot» del drogadicto clásico y el perfil tipo de los toxicómanos atendidos a lo largo del pasado año por las más de trescientas asociaciones agrupadas en la Unión de Asociaciones y Entidades de Atención al Drogodependiente (UNAD).

El estudio de la UNAD muestra la evolución progresiva del fenómeno de las drogas en España y de las áreas más significativas de trabajo de las asociaciones que trabajan con la población toxicómana. En este sentido, el presidente de UNAD, Antonio Escobar Ruiz, criticó ayer el progresivo recorte en los fondos y subvenciones de la administración a las entidades sin ánimo de lucro para atender a este tipo de patologías sociales.

En su balance del ejercicio anterior, durante el que atendieron a cerca de 36.000 usuarios en toda España, la UNAD destaca que, a pesar de la abrumadora mayoría masculina (70.13%) en el universo de la droga, existe una paulatina «feminización» del problema.

Una media de 30 años

La distribución por edades da una media de 34 años en el adicto «tipo» y demuestra, por otra parte, el progresivo aunque lento envejecimiento de la población toxicómana que llega hasta los centros de la organización. Casi el 72% de las personas atendidas estaban en la franja entre los 26 y los 44 años; el 22% entre 15 y 25.

Según el estudio, casi el 70% de los toxicómanos que llamaron a las puertas de UNAD sufría alguna enfermedad. La mayoría (53%) padecía hepatitis, el 35%, sida -tres puntos más que en 2000-, y el 5%, tuberculosis.

Casi la mitad de los drogadictos atendidos por esta organización (48%) fuma o inhala las drogas, mientras que el 10%, esnifa.

Una constante que se mantiene año a año -explican los responsables de UNAD- es que los drogodependientes consumen varias sustancias estupefacientes.

La droga principal es una mezcla de heroína y cocaína, conocida como speedball (39%), mientras que el consumo de drogas de síntesis se ha reducido en medio punto respecto al año pasado.