Inconsciencia o falta de madurez. Nueve de cada diez jóvenes que fuman cannabis desconocen los efectos que esta sustancia genera a largo plazo en el organismo. Un estudio de la Universidad de Navarra revela que el impacto de esta droga está en función de la cantidad consumida y de la constitución biológica de cada persona, pero también depende de las expectativas positivas, experiencias pasadas, ambiente en el que se consume o estado de ánimo.

Según datos facilitados por el Instituto Andaluz de la Juventud (IAJ) en Málaga, un alto porcentaje de adolescentes consumidores de cannabis no lo considera una droga, de hecho más de la mitad de los jóvenes malagueños se inician en el consumo de esta sustancia antes de alcanzar la mayoría de edad.

Asimismo, alrededor del 10 por ciento de las personas que han probado el cannabis continúa su consumo crónico, aunque al final de la tercera década de su vida o al inicio de la treintena es frecuente que lo abandonen. Expertos han encontrado que el uso de la marihuana es mayor en la última etapa de la adolescencia y al principio de los 20 años y disminuye después de esta edad, mientras que apuntan que el perfil del consumidor es el de un varón con edad comprendida entre los 20 y 24 años, trabajador y soltero.

En este sentido, los datos que maneja el Instituto Andaluz de la Juventud revelan que un 18,2 por ciento de los jóvenes de la provincia, de 12 años en adelante, ha consumido cannabis alguna vez; el 8,5 por ciento lo hizo en el último año; el 7,3 por ciento lo hizo en los últimos seis meses; y un 6 por ciento lo usó en los últimos 30 días.

Así, la droga ilícita más consumida alguna vez por los jóvenes, con diferencia, es el cannabis. De este modo, la lucha contra el consumo de este estupefaciente se ha convertido en una prioridad para el IAJ, dentro de sus actuaciones contra las drogas ilegales, a lo que hay que sumar que diversos estudios han demostrado que el cannabis está considerada droga de acceso o puerta de entrada al consumo de otras sustancias. Al mismo tiempo, las características de la marihuana que entra fundamentalmente por el litoral andaluz han variado considerablemente en la última década. El Instituto Nacional de Toxicología, constata que en 1994, la concentración media de THC (tetrahidrocannabinol) en el cannabis incautado en España oscilaba entre el 4 y el 7 por ciento; en el año 2000 iba ya entre el 10 al 14 por ciento; y en 2003 la banda se movía del 10 al 20 por ciento, de lo que se deduce que los porros son cada vez más potentes y peligrosos.

RESULTADOS

El último estudio sobre los efectos nocivos del cannabis desmiente el “falso efecto afrodisíaco” de la marihuana, pues señala que “en un primer momento produce desinhibición, sociabilidad y extroversión, con aumento de la sensibilidad e intensificación del contacto físico; pero a largo plazo inhibe la conducta sexual, pudiendo ser el origen de diferentes formas de impotencia e infertilidad, en el varón, mientras que en la mujer aumenta el tiempo de gestación, con incremento de nacidos muertos”. En cuanto al sistema respiratorio, los expertos apuntan como un efecto nocivo generalizado del cannabis la irritación de las vías respiratorias; al tiempo que indican que el humo de la marihuana contiene más alquitrán que el tabaco, lo que propiciaría más enfermedades pulmonares y bronquiales. Los efectos sobre el sistema nervioso incluyen euforia e incremento de la sociabilidad, pero también dificultades en la concentración y deterioro de la memoria.