De este modo, la organización sale al paso de la resolución de la Audiencia Nacional sobre la demanda de un enfermo de cáncer de laringe en la que se exonera a la Administración de cualquier responsabilidad.

La CNT esgrime que el Gobierno debería revisar las cuentas de las tabaqueras, que están «burlando la ley al financiar actos y actitudes de promoción del tabaco».

Señala que el Ejecutivo tendría que hacer campañas publicitarias «masivas y contundentes», comparables a las de la Dirección General de Tráfico, que expliquen el daño que ocasiona el tabaco tanto a los propios fumadores como a quienes conviven con ellos.

Exige al Gobierno que prohíba fumar en los espacios públicos cerrados, como los bares y restaurantes pequeños, y agrega que, de no hacerlo así, «podría ser considerado cómplice de esta situación».

La CNPT asevera que en los años noventa el presidente de Tabacalera seguía diciendo en la televisión que fumar no era perjudicial y denuncia que cuando empezó a fumar el denunciante «no sabía ni nadie le dijo el lío en que se metía».

«Hace cinco décadas que la ciencia conoce lo que los tribunales han admitido en España por primera vez: que el tabaco produce cáncer», alega.

Señala directamente, como «principal responsable» de estas enfermedades, a la industria tabacalera, que «lo ha ocultado y negado durante décadas a sus clientes», y matiza que «otra cosa es que a menudo los gobiernos han sido cómplices de las tabaqueras».

El Comité argumenta que el 90 por ciento de las personas que fuman «comenzaron en la adolescencia, presionados por un agresiva publicidad -directa o encubierta – y en pocos meses se encontraron atrapados por una fuerte adicción a la nicotina».

A juicio de esta organización, fumar no es en absoluto ni una «libre elección de adultos informados» ni un «acto libérrimo » como sostiene la Audiencia, porque «a los trece años no somos racionales ni tenemos libertad de elegir».

El CNPT recuerda al Gobierno que en España se ha detectado que los largometrajes y las teleseries de más audiencia contienen abundantes escenas de tabaco que, habitualmente, no aportan nada al personaje, al igual que ocurre en las portadas de las revistas.