Una investigación publicada en «Proceedings of the National Academy of Sciences» muestra cómo el consumo de tabaco causa daño en todo el organismo al reducir los niveles de una enzima llamada monoamina oxidasa B (MAO-B), que es clave para la salud física y mental.

En palabras de la Dra. Nora Volkow, directora del Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas de Estados Unidos y una de los autores del estudio, «cuando pensamos en el tabaco y los efectos perniciosos del humo, habitualmente pensamos en los pulmones y en la nicotina. Pero aquí vemos una marcada efecto sobre una enzima fundamental del organismo en lugares alejados de los pulmones, y sabemos que se debe a una sustancia que no es la nicotina. Esto nos alerta del hecho de que fumar, que es altamente adictivo, expone todo el organismo a miles de sustancias que hay en el humo del tabaco».

Se sabe bien desde hace años que fumar daña los pulmones, el corazón y las arterias. Ahora, mediante tomografía de emisión de positrones (PET) se ha observado que también resultan dañados los riñones y el bazo, como consecuencia de la reducción de los niveles de la enzima MAO-B.

Esta enzima degrada ciertas sustancias utilizadas por las células nerviosas para comunicarse y regular la presión arterial. La disminución de los niveles de MAO-B conduce a un aumento de tales sustancias, que son activos por todo el organismo.

Investigadores del Brookhaven National Laboratory de Nueva York utilizaron PET para medir las concentraciones de MAO-B en varios órganos de 12 fumadores y 8 no fumadores. De este modo observaron una actividad reducida –entre el 33 y el 46%) de la enzima en el corazón, los pulmones, los riñones y el bazo de los fumadores.

«Las consecuencias de estos niveles reducidos de MAO-B –explican los autores- deben ser examinadas con mayor detalle, pero, como mínimo, está claro que los niveles de la enzima en los órganos periféricos de los fumadores se ven significativamente afectados por el hábito».