Una revisión de estudios llevada a cabo por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha revelado que las personas que consumen drogas inyectables tienen un riesgo «mucho mayor» de muerte que quienes no lo hacen. Las causas más comunes de fallecimiento son la sobredosis y el sida, sobre todo en aquellas regiones donde hay una mayor prevalencia en el número de infecciones por VIH.

Las diferencias por sexo son evidentes: en todos los estudios que dieron cuenta de la mortalidad por sexo se observa cómo los varones presentan unas cifras mucho mayores.

Asimismo, la tasa es mayor en países de bajos y medianos ingresos, mientras que en los países de ingresos más elevados no se observó ninguna diferencia significativa. Las tasas menores se dan en la cohortes de Australia y las mayores, en la de Asia.