Los bebedores hicieron un brindis en honor las nuevas leyes británicas que permiten el consumo de alcohol a cualquier hora, y que ponen fin a 90 años de leyes restrictivas a la venta de bebidas de ese tipo en Gran Bretaña.

El gobierno confía que el cambio — que entra en vigor a la medianoche en Inglaterra y Gales — pondrá coto a los torrentes de borrachos que salen de los bares a las calles justo después del cierre oficial de los locales a las 11 de la noche.

Pero los enemigos de la medida sostienen que promueve el consumo de alcohol por parte de los británicos, aunque éste dista mucho de ser el mayor de Europa.

«Vemos casos de personas que han resultado lesionadas por beber demasiado», dijo Martin Shalley, de la Asociación Británica de Medicina de Emergencia. «Creo que esto va a ocurrir ahora con mucha mayor frecuencia».

Las leyes de licencia de alcohol de Gran Bretaña, que no han sido modificadas desde 1915, cuando se impusieron básicamente para mantener sobrios a los empleados de las fábricas, han sido calificadas de anacrónicas desde hace años. Las leyes obligaban al cierre de la mayor parte de los bares a las 11 de la noche de lunes a sábado, y a las 10.30 los domingos.

La secretaria de Cultura, Tessa Jowell, dijo que las horas de cierre obligatorio de las barras eran de hecho «un toque de queda nacional» y que las regulaciones «habían sido injustas en teoría y erróneas en la práctica».

Las nuevas leyes permiten a los pubs, las barras, las tiendas, los restaurantes y los clubes solicitar licencias para abrir a cualquier hora que deseen, aunque las licencias deben ser aprobadas por las autoridades locales.

Según la Organización Mundial de la Salud, los británicos consumen como promedio menos alcohol que los irlandeses, alemanes, franceses, húngaros y españoles. Pero en cambio, tienden a beberse varios tragos de golpe, sobre todo cuando se acerca la hora del cierre de los pubs.