“Tras muchos años trabajando con drogodependientes, sabemos que las empresas de inserción sociolaboral son la mejor fórmula para que los drogodependientes tengan unos derechos sociales y una independencia económica”. Luciano Poyato, presidente de la UNAD –que agrupa a cerca de 300 organizaciones del ámbito de las drogodependencias- presentaba así un nuevo estudio sobre las necesidades de formación de los gerentes de las empresas de inserción.

Las empresas de inserción sociolaboral realizan un trabajo productivo como cualquier otra empresa, pero su fin primordial es la integración social de personas en situación o en riesgo de exclusión social. Según la federación española de estas empresas, estas personas son ex drogodependientes, ex reclusos, inmigrantes, jóvenes que no han terminado la enseñanza obligatoria, preceptores de rentas mínimas de inserción, mujeres desempleadas con carga familiar no compartida, parados de larga duración y minorías étnicas.

El estudio, realizado en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid, lanza una serie de recomendaciones para aumentar la profesionalización de los directivos de las empresas de inserción y lograr así que éstas sean económicamente viables. De esta forma, se garantizaría que un mayor número de personas en riesgo de exclusión, principalmente drogodependientes, logren su inserción laboral.

Antonio Sánchez, director de la Fundación Luis Vives, puso el dedo en la llaga durante la presentación del informe, al comentar los retos pendientes del sector de la drogodependencia. “El 70% de la financiación de empresas al tercer sector se concentra en campos como la infancia, la discapacidad y la cooperación. La drogodependencia ni siquiera aparece”.

En este sentido, Luciano Poyato, de la UNAD, recordó las grandes dificultades que encuentra un determinado perfil de drogodependiente para entrar en una empresa normalizada, de ahí la importancia de estas empresas de inserción. “Todo el trabajo terapéutico que realizamos corre el riesgo de verse frustrado si no somos capaces de incluir la incorporación sociolaboral”.

Las organizaciones que agrupa la UNAD han desarrollado en los últimos años cientos de programas dirigidos directamente a la inserción laboral o a través de programas de formación y orientación. Ahora, estas organizaciones consideran que las experiencias de más éxito son estas empresas de inserción sociolaboral.

Un sector que carece de marco legal

Ya son muchas las empresas de inserción sociolaboral que cada día pueden mostrar experiencias de éxito para erradicar la exclusión social. Desarrollan su actividad en sectores como la agricultura ecológica, el reciclaje, limpieza, jardinería, textil… Sin embargo, carecen de una legislación que ampare su actividad.

La reclamación es unánime entre los gerentes de estas empresas y las organizaciones que las promueven. Es necesario una ley de ámbito estatal de empresas de inserción que garantice la continuidad de estas experiencias productivas.

Para la Federación de Entidades de Empresas de Inserción (FEEDEI), esta ley debería contener las condiciones mínimas que deben cumplir estas empresas y las ayudas a las que tendrán derecho, así como la doble naturaleza social y mercantil, un marco de ayudas directas e indirectas para su creación y gestión y un registro estatal.

Comunidades Autónomas como Aragón, Navarra y País Vasco ya han comenzado a regular la figura de estas empresas. Catalunya aprobó el pasado año la primera ley de empresas de inserción social, en la que se define el concepto y permite así el acceso a ayudas específicas para este sector.