Un equipo de la Universidad de Maastricht (Países Bajos) anunció que pone en marcha un ensayo clínico de dos años de duración con una vacuna diseñada para ayudar a dejar de fumar. El producto se llama NicVAX y ha sido desarrollado por la compañía Nabi Biopharmaceuticals.
La vacuna está derivada de la propia nicotina y los primeros ensayos clínicos, realizados en Estados Unidos, se iniciaron el pasado año. El estudio de fase I holandés incluirá a 21 fumadores y a 9 no fumadores y determinará si el producto es seguro.
Se espera que la vacuna estimule al sistema inmunitario para que fabrique anticuerpos que se unan a la nicotina y le impidan cruzar la barrera hematoencefálica, pues cuando la nicotina cruza esa barrera y llega al cerebro, estimula la producción de diversos neurotransmisores, entre ellos la dopamina, que generan sensaciones positivas al fumador.
No se trata de la primera vacuna antinicotínica, dado que otro producto llamado TA-NIC, desarrollado por la compañía biotechnológica británica Xenova, ha completado con éxito los ensayos clínicos preliminares, aunque todavía faltan bastantes años antes de que se lance al mercado.