El tratamiento, probado en una cincuentena de pacientes hospitalizados en cura de desintoxicación, apunta a la zona del cerebro donde se sitúa el receptor neurokinina 1, que controla las respuestas ante situaciones de estrés.

El fármaco ya se probó anteriormente por sus efectos sobre la ansiedad, pero no se comercializó porque los resultados fueron poco concluyentes.

Los pacientes del estudio dirigido por Markus Heilig del Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo de Estados Unidos, permanecieron hospitalizados durante cuatro semanas tras su desintoxicación. La mitad recibió un placebo y el resto el citado medicamento. El síndrome de abstinencia disminuyó en todos los pacientes, pero de forma más marcada en los que tomaron el fármaco.

Los resultados del estudio muestran que las mejoras observadas son propias del proceso mental ligado al alcoholismo.