El 45 por ciento de los ciudadanos de Balears considera que beber entre cinco y seis copas de alcohol cada día no constituye un problema para la salud, mientras que alrededor del 95 por ciento cree que la heroína, la cocaína y el éxtasis, consumidas habitualmente o en alguna ocasión, son las sustancias más perjudiciales.

Así lo indican los datos de la encuesta domiciliaria sobre alcohol y drogas en España correspondiente al año 2007 y hecha pública ayer por la conselleria de Salud y Consumo del Govern balear. El estudio se ha realizado sobre una muestra de 936 hombres y mujeres residentes en las islas con edades comprendidas entre los 15 y los 64 años.

Según la encuesta, la sustancia psicoactiva más consumida entre los baleares es el alcohol: el 91,3 por ciento de los encuestados lo ha probado alguna vez, el 68,9 por ciento lo ha hecho en los últimos doce meses, el 58,8 por ciento lo ha ingerido en el último mes y el 15,8 por ciento lo toma diariamente. La edad media de iniciación en el consumo de esta sustancia son los 16,3 años y su ingesta es más elevada entre los hombres que entre las mujeres.

Uno de cada diez entrevistados reconoció haber tomado cinco o más copas seguidas (en un tiempo máximo de dos horas) y el 11 por ciento manifestó que en alguna ocasión se había enganchado al alcohol, una proporción que en el caso de los menores de 18 años se situó en el 8,2 por ciento. Según los criterios del Observatorio Español de Drogas, el 2,1 por ciento de los encuestados están considerados bebedores de riesgo -aquellos que toman una media diaria de más de 50 centímetros cúbicos de alcohol en el caso de los hombres y 30 centímetros cúbicos en el de las mujeres-.

La experimentación con el tabaco está también muy extendida entre la población de Balears. Los residentes en el archipiélago se inician a los 16,2 años, un 31,2 por ciento de ellos fuma a diario y el 71,6 por ciento lo ha hecho alguna vez.

Tanto en el caso del tabaco como en el del alcohol, su consumo ha disminuido desde el año 2001. Así, si hace ocho años el 45,8 por ciento de los encuestados había fumado en los últimos 30 días y el 61,2 por ciento había bebido, actualmente las cifras se sitúan en el 38,6 y el 58,8 por ciento, respectivamente.

En cuanto a las sustancias ilegales, las más consumidas son el cannabis (el 1,8% de los encuestados lo toma a diario; el 7,5%, en el último mes; el 10,7%, en el último año, y el 31,3%, alguna vez) y la cocaína (el 1,6% la ha tomado en el último mes; el 3,3%, en el último año, y el 8,9%, alguna vez). Respecto a la primera, la edad de inicio en su consumo fueron los 17,8 años, mientras que en el caso de la segunda se situó en torno a los 20 años.

El estudio refleja que la continuidad en el consumo de cannabis es «muy elevada», dado que el 24,1 por ciento de los encuestados que la probaron alguna vez la tomaron también en el último mes. Al igual que el tabaco y el alcohol, se observa un descenso de su ingesta respecto a 2001 tanto en el consumo del último mes y el último año, como entre quienes la han probado alguna vez.

En cuanto a la cocaína, se da la circunstancia de que su consumo se concentra entre los grupos de edad más jovenes: el 12,6 por ciento de los menores de 35 años que participaron en el estudio la habían ingerido alguna vez, frente al 6,5 por ciento de los mayores de esta edad. Asimismo, aunque su consumo disminuyó desde 2001 entre quienes la había probado alguna vez (del 10,3% al 8,9%), aumentó entre los que la tomaron en los últimos treinta días (del 1,1% al 1,6%).

Sobre éxtasis, alucinógenos y anfetaminas, la encuesta revela que la prevalencia de su consumo es baja en todas las frecuencias, mientras que el de heroína es muy bajo (sólo el uno por ciento de los participantes la ha tomado alguna vez).

Entre sus cuestiones, el estudio incluye también la opinión de los encuestados sobre las acciones llevadas a cabo para luchar contra las drogodependencias. Las cinco más valoradas son: educación en la escuela, control policiaco, tratamiento voluntario a los consumidores, campañas publicitarias sobre riesgos y leyes estrictas contra las drogas.