La reciente sentencia de un juzgado contencioso-administrativo de Pontevedra ha vuelto a poner en la picota el trasfondo de las pruebas de drogas practicadas a los conductores y su nivel de fiabilidad. El fallo, muy novedoso, invalida la multa a Esther Sánchez, profesora en la Universidad de Vigo y doctora en Biología, que dio positivo en el test de consumo de sustancias tóxicas y lo hace al entender, entre otras cosas, que hubo fallos en el procedimiento de revisión del proceso y que se atentó contra su presunción de inocencia.

El juez concluye que se vulneraron una serie de derechos fundamentales de la conductora y afea a la Administración la falta de rigor ante los numerosos recursos que presentó Sánchez, que siempre ha negado que condujera bajo los efectos de las drogas. Además, la Administración deberá devolver los 1.000 euros de multa impuestos así como los seis puntos que le fueron retirados del carné. Se trata de una sentencia pionera en España.

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