En el canal los jóvenes podrán consultar información sobre las sustancias estupefacientes y dejar sus opiniones sobre las drogas, «una visión que no va a coincidir con la institucional», ha declarado el director de la Fundación, Ignacio Calderón, en rueda de prensa.

Todos los que lo deseen podrán colgar en este canal vídeos donde expliquen cómo han sufrido los «daños colaterales» de las drogas como haber sido víctimas de accidentes laborales o de tráfico causados por una persona bajo los efectos de estas sustancias, ser familiar de un consumidor o su compañero de trabajo.

La nueva campaña, que se difundirá a partir de hoy con el lema «Las drogas no sólo perjudican a quienes las consumen. Todo tiene un precio», destaca que el problema de la drogodependencia no está resuelto porque ya «no se ven las jeringuillas», sino que hay problemas que «preocupan enormemente a la sociedad» sobre los que los estupefacientes tienen una gran incidencia aunque la sociedad no la identifique, ha señalado Calderón.

La sociedad asoció las drogas a los efectos devastadores sobre la salud, como en el caso de la heroína, y ahora se puede pensar que como estos no están tan presentes, el problema está solucionado, ha añadido.

Diversos informes aseguran que el consumo de drogas influye de forma determinante en, al menos, la mitad de la tasa de fracaso escolar de España, que está trece puntos por encima de la media Europea (un 30 por ciento en España frente a un 17 por ciento en Europa).

Esta relación deberá ser estudiada más a fondo, ha pedido Calderón.

Los jóvenes españoles que realizan un consumo de drogas muy por encima de la media se identifica con valores que justifican los comportamientos violentos.

Un 33 por ciento de los consumidores de drogas ilícitas y casi un 29 por ciento de los consumidores de alcohol reconoce haber sufrido algún problema en su trabajo asociado a este consumo.

Casi el treinta por ciento de los conductores fallecidos en accidente de tráfico durante 2006 superaban los 0,3 gramos por litro de alcohol en sangre.

La campaña de publicidad consta de dos versiones de anuncio para televisión en las que un hilo de droga invade todos los ámbitos de la sociedad, tres cuñas de radio donde se compara, por ejemplo, el sonido del corazón de una persona que toma coca y del peatón muerto al que ha atropellado y dos carteles para prensa y marquesinas.